"Siempre es difícil autodefinir la obra de uno mismo".

Este proyecto de Zaha Hadid obtuvo el Premio Mies van der Rohe 2003 (convocado por la Unión Europea y la Fundación Mies van der Rohe de Barcelona). El jurado apreció la economía del proyecto y su realización con medios mínimos, resultando en una intervención de gran impacto visual y un edificio de presencia totalmente convincente que revalorizó su lugar de emplazamiento.

Entorno. La ciudad de Estrasburgo está desarrollando una nueva red de líneas de tranvía para combatir la creciente congestión de tráfico y la polución del centro de la ciudad. Este nuevo sistema alienta a la gente a dejar el coche a las afueras de la ciudad, en estacionamientos proyectados para este fin, y utilizar el tranvía hasta las zonas más céntricas. La primera fase de esta iniciativa implicó el trazado de la línea A, que cruza Estrasburgo de este a oeste, mientras que el proyecto para la segunda línea, la B, incluía el diseño de una estación y un estacionamiento en el extremo norte del recorrido.

Concepto. El concepto principal que rigió el proyecto está basado en la superposición de planos y líneas que se combinan para formar un conjunto formalmente rico y variado.

Estos planos constituyen el trazado que recorren los coches, el tranvía, las bicicletas y los peatones. Cada uno de estos planos tiene una trayectoria y un trazado de su posición fijo. Es como si la transición entre los tipos de transporte (del coche al tranvía, del tren al tranvía) se materializara y diera forma a la estación, el paisaje y su entorno.

Vectores materializados. El programa de la estación incluye una zona de espera, una estacionamiento de bicicletas, lavabos y una tienda. El tratamiento del espacio se ve potenciado gracias a los vectores tridimensionales: el juego de líneas se transforma en el pavimento y el techo en líneas de luz o en piezas de mobiliario lineales. Visto en planta, todas las líneas generan un conjunto sincrónico.

El objetivo era crear un espacio atractivo, dinámico y definido en cuanto a funcionalidad y circulación, hecho posible mediante el sistema tridimensional de luz y aberturas.

Campos magnéticos. El estacionamiento está dividido en dos partes y tiene una capacidad de 700 coches. La percepción de los coches, efímera y cambiante, se manifiesta con un "campo magnético" de líneas blancas sobre un pavimento negro. Estas líneas delimitan las plazas de estacionamiento y cruzan la parcela de norte a sur variando su trazado en función de la curvatura propia de los límites del solar. En conjunto, la estación del tranvía y el estacionamiento, generan una síntesis entre tierra, luz y espacio. Mediante la articulación de los lugares y momentos de transición entre el paisaje y los espacios interiores, se pretende crear una "naturaleza artificial", una naturaleza que diluya las fronteras entre el entrono natural y el artificial y que contribuya a mejorar la vida cívica de Estrasburgo.