En el marco de los festejos
por el Bicentenario de la Patria, se están
recuperando varios edificios de valor histórico
y patrimonial. En este contexto, Guillermo Tarquini
-gerente
Comercial de Molinos Tarquini- reflexiona sobre la
importancia de los edificios patrimoniales, porque
conservan la historia e identidad de cada ciudad, y
considera que hay una conciencia creciente en la sociedad
desde los años 80 sobre la necesidad de preservar
sus edificios patrimoniales. La firma está interviniendo
en obras emblemáticas del Bicentenario, como
el Cabildo y la Aduana Taylor, así como otras
de gran valor patrimonial como el Kavanagh, el Palacio
de Justicia, el Colegio Nacional de Buenos Aires y
la Catedral de Mar del Plata.
En las últimas tres décadas, en Argentina
comenzó a valorarse más fuertemente la
restauración de obras arquitectónicas
como una verdadera disciplina que colabora con la vigencia
de la memoria colectiva. Se trata de un modo de preservar
el patrimonio cultural en el marco de una búsqueda
de lo que nos identifica como sociedad.
La proximidad
al Bicentenario de la Patria intensificó este
clima de conservación y recuperación,
especialmente durante el año pasado y hasta
la actualidad.
En este sentido, Guillermo Tarquini -gerente
Comercial de la empresa Molinos Tarquini,
que fabrica
productos para la restauración edilicia-
explica: "Los edificios patrimoniales conservan la
historia de cada
ciudad y es por ello que deben ser respetados tal como
fueron hechos. En Buenos Aires la gran mayoría
fueron levantados por inmigrantes, que fusionaron distintas
tradiciones constructivas, y de este modo, la ciudad
se transforma en una especie de libro en el que se
puede leer una historia, contada en muchos idiomas.
Por esto, es fundamental tener en cuenta que la
restauración
no solamente debe limitarse a los edificios monumentales
sino que las leyes de conservación patrimonial
tienen que ser lo más inclusivas posible para
garantizar la preservación de nuestra identidad
social. Sería deseable que este espíritu
del Bicentenario continuara en el tiempo y acrecentara
la conciencia en torno al valor de preservar. Mejorar
las condiciones del edificio en el que se vive muchas
veces no tiene relación con la falta de recursos
económicos sino con saber cómo hacerlo,
con conocer cuál es el mejor material o cómo
se aplica, o cuál es el color que mejor identifica
a nuestra casa. Conocer la historia de la ciudad, de
la que nuestra vivienda es parte, y dialogar con sus
colores, materiales y tradiciones es un gran aporte
para construir identidad".
Por otro lado, en lo que
respecta a los trabajos de intervención,
Tarquini comenta: "A la hora de restaurar es importante
que
el profesional
siempre busque distintos testimonios sobre la memoria
que la comunidad conserva de sus construcciones. Desde
Molinos Tarquini brindamos el soporte tecnológico
a los profesionales que realizan la restauración
y producimos revestimientos y elementos auxiliares
para la consolidación y para la protección
de los edificios. Cada obra es única y por eso
nuestra tarea no es sólo proveer el material
sino también adecuarlo a los distintos criterios
de intervención. En este campo, la tecnología
debe dar asistencia con flexibilidad para actualizarse
según lo que indique la experiencia siempre
cambiante. Nuestra firma, con una trayectoria de 66
años, comenzó a elaborar productos para
la restauración en 1980 y, en la década
del '90 notamos que la conciencia sobre el tema
crecía aceleradamente. Por ello, a partir del
año 2000 contamos con un laboratorio
en planta para el análisis de muestras originales que
nos permite elaborar materiales de reposición
con los mismos componentes que el histórico.
Además, viajamos periódicamente al exterior
para incorporar los últimos avances en el desarrollo
de productos y contamos con un equipo de profesionales
en fábrica que investigan y adaptan esas novedades
a los recursos y a las necesidades locales. En estos últimos
años fuimos convocados por el INTI y
por el IRAM para integrarnos a las ruedas de discusión
sobre metodología y normas para la intervención",
concluye.
Entre las obras de restauración más
emblemáticas en las que se aplicaron productos
de Molinos Tarquini se destacan el Hotel Marriott-Plaza,
el edificio Kavanagh y el Abasto
Shopping y, en la
actualidad están en plena ejecución las
obras de la Catedral de Mar del Plata, el Palacio
de Justicia, la antigua Aduana Taylor, el Cabildo y el
Colegio Nacional de Buenos Aires.
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