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Acerca de Saint Gobain Isover
Es el primer
productor mundial de materiales aislantes térmicos,
acústicos y
de protección contra el fuego. Está presente
en 15 países: Alemania, Argentina, Austria,
Brasil, Dinamarca, España, Estados Unidos,
Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia,
República Checa, Suecia y Suiza. Junto
con sus 13 licenciatarios totaliza 40 fábricas.
Saint Gobain Isover Argentina
es Nº 1 en ventas de lana de vidrio en el
país y el Mercosur.
Más información
http://www.isover-argentina.com.ar |
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El sector de la vivienda
consume un tercio de la energía generada en nuestro
país, según un informe sobre uso
eficiente de la energía del Instituto
Nacional de Tecnología
Industrial (INTI).
De esa cantidad, casi la mitad se
utiliza para satisfacer la demanda de calefacción
y refrigeración.
Del resto, un 30% como
mínimo se
pierde por los techos que no están aislados
térmicamente en forma
adecuada y permiten grandes fugas de calor
en condiciones invernales o un calentamiento excesivo
en épocas
estivales, según ese análisis.
La aplicación de la norma IRAM 11605
de Acondicionamiento Térmico de Edificios podría
reducir ese consumo en al menos un 50%, de acuerdo
con
el mismo estudio, en el caso de que se contemplara
el uso de un material aislante térmico
de dos centímetros de espesor sobre
un techo plano de edificios o una vivienda individual
con cubierta tradicional de tejas o chapa metálica.
Incluso
si se tomara el nivel "recomendado" por
la norma, mediante una aislación térmica
mayor de cinco centímetros de espesor, esa demanda
disminuiría por encima del 70%.
Las
ventajas del ahorro energético involucran
dos aspectos: el medioambiental y el económico.
En el primer caso, ese esfuerzo se justifica en que
más del 60% de la energía generada
en nuestro país parte de fuentes térmicas
y nucleares, es decir de recursos no renovables. Y
en el marco del Protocolo de Kioto, la Argentina está comprometida
a no incrementar las emisiones de gases de invernadero
y promover la eficiencia energética en forma
continua.
Desde una perspectiva económica, la baja del
consumo permitiría favorecer a la comunidad
en general, aprovechando la energía ahorrada
para disponer de una mayor capacidad de generación,
transporte y distribución eléctrica con
el propósito de utilizarla en fines productivos.
En tanto, para los usuarios residenciales significaría
disminuir las erogaciones en materia energética
y mejorar las condiciones de salubridad de la población,
evitando trastornos producidos por humedad
de condensación
y deficientes condiciones térmicas.
Según la arquitecta Silvina López Planté,
jefa de Asistencia Técnica de Saint Gobain Isover
Argentina, principal fabricante de lana de vidrio para
aislaciones de la Argentina, una vivienda de
140 metros cuadrados, con muros de ladrillo macizo de 30 centímetros
y tejas con machimbre a la vista, consume 25.600
kWh (kilovatios/hora) al año en calefacción
y 11.500 en refrigeración, a un costo de más
de 10 mil pesos anuales.
La misma vivienda con 10 centímetros de fieltro
de lana de vidrio en los techos y 5 en los muros, demanda
9.700 kWh al año en calefacción (2 veces
y media menos) y 2.270 en refrigeración (5 veces
menos).
La inversión necesaria con ese propósito
es cercana a los 3.500 pesos y el consumo de energía
anual ronda en la misma cantidad. Es decir que el ahorro
es de 6.800 pesos por año, de acuerdo con la
especialista.
En nuestro país, apenas un 30% de
las construcciones cuenta con algún tipo de
aislación, y en la mayoría de los casos
sólo incluye el uso de estos productos en el
techo.
Sin embargo, de acuerdo con un informe de Aislar
Bien, en los últimos tres años
los profesionales de la construcción incluyeron
aislaciones térmicas
en alrededor del 67% de las viviendas residenciales
que desarrollaron.
No obstante, si todas las viviendas
estuvieran aisladas, el consumo energético nacional
se reduciría en un 12%.
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