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Imagenes
Proyectos participantes del Concurso Nacional de
Casas Sustentables
Tips para aislar bien
Para
propietarios
A la hora de construir se debería pensar
en la larga vida útil que es esperable
para un edificio. Debería exigírsele
al profesional responsable que pondere costos
y beneficios de una buena aislación térmica,
contra los menores costos iniciales en equipos
de calefacción y aire acondicionado a
la hora de construir, y los menores costos relativos
en las facturas de gas y electricidad a lo largo
de toda la vida útil del edificio.
Recuerde: Aislar bien significa mayor calidad
de vida porque aumenta el confort interior y
el control de la condensación de humedad,
lo que impide la formación de mohos y
hongos que incrementarían el riesgo de
contraer enfermedades respiratorias.
Además aporta al cuidado del ambiente
mitigando emisiones de CO2 y ayudando a preservar
el planeta.
Y retomando la analogía del auto: una
vivienda mejor construida y que consuma menos,
tendrá siempre un mayor valor de reventa.
Para
arquitectos y profesionales de la construcción
Un edificio, cuyo proyecto resulte energéticamente
ineficiente o en el que simplemente no se hayan
tenido en cuenta las condiciones del sitio en
que se emplaza y su adecuado aislamiento térmico,
no puede considerarse hoy un buen proyecto arquitectónico.
Asesore en ello a su cliente aconsejándole
sobre aislar bien, lo que no es un gasto adicional
sino una inversión, para que en el futuro
pueda solventar los crecientes gastos de funcionamiento.
Recuerde que en la provincia de Buenos Aires
está vigente la Ley 13059 para el acondicionamiento
térmico en la construcción y su
aplicación es obligatoria.
Aislar bien es un aporte a la concientización
sobre el cuidado del medio ambiente y la calidad
de vida de nuestras futuras generaciones.
Más
información
http://www.aislarbien.com.ar |
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En el actual contexto energético,
tanto desde el punto de vista económico
como ambiental, es fundamental comenzar a preguntarse
por la forma en la que proyectamos y construimos
nuestras viviendas. La AAPE -Asociación
Argentina de Poliestireno Expandido- trabaja en
diversas acciones de concientización
y capacitación sobre la importancia de la aislación
térmica en las viviendas, lo que repercute en
la disminución sustancial de las tarifas de
gas y electricidad.
Al momento de comprar
un bien durable, como podría
ser un auto, se hace un análisis económico
concreto del costo inicial, de gastos de consumo de
combustible y de mantenimiento, incluso del costo de
reventa. ¿Qué pasa al momento
de construir una vivienda? Generalmente se
piensa en dos factores, por un lado en el diseño,
y por el otro en el costo por metro cuadrado, parámetro
que equivaldría
a analizar "cuánto cuesta un kilo de auto".
Al momento de proyectar una casa,
casi nadie se pregunta cuánta energía
consumirá. Este
pensamiento refleja lo que históricamente ha
sucedido que es que no se tuvo en cuenta el costo de
la energía para el funcionamiento de una vivienda,
una omisión que hoy puede ser crítica
dado el contexto energético. ¿Usted habría
comprado el mismo vehículo si hubiera sabido
el enorme aumento del combustible, de costos de estacionamiento,
de peajes e impuestos? Del mismo modo, si hoy volviera
a construir su casa, ¿no tendría en
cuenta los costos de las actuales tarifas de gas y
electricidad y la fuerte tendencia a su crecimiento
relativo por reducción de los subsidios?
Siguiendo
con la comparación de los parámetros
de decisión de compra entre una casa y un auto,
en la vivienda la elección del arquitecto y
constructora imprime un estilo que es como elegir la
marca del auto. También la tecnología
del hogar es comparable con la importancia que se le
da a los accesorios o las prestaciones -motorización,
levantavidrios, cierre centralizado de puertas, por
ejemplo-, mientras que el costo de uso y mantenimiento
de una casa (como volver a pintar o arreglar manchas
de humedad), podría equipararse con el gasto
del service periódico que se le debe realizar
a un auto.
Otra cuestión a tener en cuenta y
que es fundamental, son las tarifas
de gas y electricidad que
se pueden poner en relación a la ponderación
sobre el consumo de combustible. A esto se suman las
regulaciones y controles sobre
los consumos energéticos,
cuestión que ya llegó a la Argentina
y que en Europa está instalado hace ya décadas
con políticas de premios y castigos a través
de impuestos al derroche de energía y estímulos
al consumo eficiente. En nuestro país, en lo
que respecta a los edificios, desde 2007 se puso en
marcha el Programa Nacional de
Uso Racional y Eficiente de la Energía y
el Etiquetado
de Eficiencia Energética de Electrodomésticos.
Además,
en julio de 2010 se sancionó el Decreto Reglamentario
1030 de la Ley 13.059 de la Provincia
de Buenos Aires para el acondicionamiento
térmico
en la construcción exigiendo
el cumplimiento
de normas IRAM que hasta
entonces eran de adopción voluntaria. La tendencia
avanza, ya que recientemente se llevó a cabo
la quita de subsidios en algunas áreas de Capital
y en urbanizaciones privadas de todo el país.
Asimismo, se difundió que las empresas de servicios
estarán obligadas a informar al ente fiscal
sobre aquellos que consumen más de cierta cantidad
de pesos en la tarifa, avanzando en el cruce de gastos
con las penalidades del Estado.
¿Cómo
decidir bien a la hora de proyectar y construir una
casa? Para lograr afrontar los costos cada
vez mayores de uso y mantenimiento, el diseño
de la vivienda tiene que tener criterios de sustentabilidad,
lo cual no significa hablar en forma pretenciosa del
término sino simplemente analizar la orientación,
asoleamiento y otros factores que
no se ven, las instalaciones y sobre todo, la aislación
térmica.
¿Para
qué aislar? La respuesta radica en
cuentas muy simples: El 58% del consumo energético
medio de una vivienda proviene de la calefacción
y la refrigeración, lo que convierte a la aislación
térmica en la variable clave en la construcción.
Un adecuado aislamiento térmico en envolventes,
es decir en paredes y techos, permite ahorros
del orden del 40% de las tarifas de gas y electricidad,
al disminuir los consumos en calefacción y aire
acondicionado. Y al momento de construir, la
inversión en aislación
térmica con EPS -poliestireno expandido- es
sólo de entre 2 % y 3% mayor. Este
costo adicional en el presupuesto se amortiza directamente
por el menor gasto que se hace en la compra de equipos
de climatización
y aire acondicionado, muchas veces sobredimensionados
(con la aislación correcta se requiere menor
potencia en frigorías para refrigerar o kilocalorías
para calefaccionar). Respecto de los problemas de mantenimiento,
así como un auto con fallas en su mecánica
consume más, del mismo modo, una casa mal aislada
necesita más energía y además
produce condensaciones de humedad que promueven el
desarrollo de mohos y manchas de hongos. Estas condensaciones
conspiran contra el confort interior y la calidad del
ambiente y hasta pueden provocar o agravar enfermedades
respiratorias.
Entendiendo esto, es importante tener
conciencia no sólo de los aspectos económicos
sino también de los ambientales, ya que aislar
bien permite el uso racional y eficiente de los recursos cada
vez más escasos y no renovables. Al respecto,
cabe destacar que la ejecución y sobretodo el
funcionamiento de los edificios
de vivienda en nuestro
país consumen el 24% del
total de energía
utilizada por todos los sectores (cifra que
trepa al 32% si consideramos también los edificios
comerciales y de servicios). Por otro lado, el funcionamiento
de equipos de climatización genera gran cantidad
de emisiones de CO2 a la atmósfera, que es uno
de los principales responsables del efecto invernadero.
Respecto al diseño, el Arq.
Pablo Azqueta,
asesor técnico de la AAPE -Asociación
Argentina de Poliestireno Expandido- comenta: "En
realidad hasta que se redujeron los subsidios al consumo
energético en algunos sectores, la postura ecológica
en la construcción de edificios era tomada como
un esnobismo o una moda pasajera. Hoy a la luz del
agotamiento de los recursos y el cambio climático,
me atrevo a decir que no es una buena arquitectura
aquella que no contempla tales variables y que carezca,
al menos, de mínimos criterios de sustentabilidad.
Al mal diseño arquitectónico no lo resuelve
la tecnología y un 40% de las llamadas "patologías
edilicias" tienen su origen en decisiones de proyecto,
mientras que el resto, es producto de errores de ejecución,
fallas en los materiales de construcción y falta
de mantenimiento-, por lo que pensar en una buena aislación
térmica es evitar muchísimos perjuicios
de antemano". Según estudios de AAPE, un
tercio de las pérdidas y ganancias de energía
en una vivienda se producen por la envolvente opaca
-techos, paredes y pisos- y es allí en donde,
la influencia de una buena aislación térmica
puede generar los mejores resultados.
Respecto de los
materiales aislantes, Azqueta continúa: "El
EPS (Poliestireno Expandido) no es sólo la
mejor alternativa para ahorrar energía por su elevada
capacidad aislante térmica sino que además,
sus múltiples atributos lo hacen un material
versátil e irremplazable en toda construcción.
El EPS se puede cortar, pegar, mojar, clavar, revocar
y es sumamente liviano para su transporte. Se lo usa
como encofrado perdido, como fondo de juntas constructivas
o de dilatación, para pisos flotantes que aíslan
ruidos de impacto, en forjados de losas de viguetas,
para aislar el suelo en contacto con el terreno natural,
para la realización de todo tipo de molduras,
para la ejecución de hormigones livianos de
relleno o pendiente, etc. El EPS posee un amplio espectro
térmico que lo hace sumamente efectivo tanto
en verano como en invierno y además puede permanecer
sumergido durante largos períodos sin prácticamente
absorber agua ni modificar sus características
térmicas ni mecánicas. Por último
cabe destacar que es un material inerte que no contamina
el aire, el terreno o el agua y es 100% reciclable.
Todas estas características hacen del EPS una
excelente solución tanto para construcciones
nuevas como para la rehabilitación y el reciclado
de viviendas existentes.
Azqueta concluye: "La
energía más
limpia es la que no se consume, y la más barata
es aquella que no se pierde. Aislar
bien una casa es hoy una inversión que retorna en ahorro energético
de funcionamiento y los menores costos de equipos de
climatización, por ende en dinero y calidad
ambiental, haciendo del EPS la
mejor alternativa para una arquitectura con criterios
de sustentabilidad".
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