El
nombre masculino amianto proviene del griego amiantos
y del latín amiantus, que significan impoluto
e incorruptible. En castellano se utiliza como sinónimo
el vocablo asbesto que viene del griego asbestos
y del latín asbestinon cuyos significados
son incombustible e inextinguible. El asbesto fue
probablemente la primera fibra inorgánica
usada como refuerzo en materiales compuestos.
Su
primer empleo se remontaría a 2500 años
antes de Cristo en Finlandia, donde lo usaron para
reforzar potes de arcilla y piezas de alfarería
cocida en general. Según la leyenda, Carlomagno
impresionaba e intimidaba a sus invitados, prendiendo
fuego a un mantel de amianto, que luego retiraba
intacto. La industria moderna del amianto se remonta
a 1880, fecha de las primeras explotaciones de grandes
yacimientos canadienses y rusos.
A principios de
este siglo se utilizan por primera vez las mezclas
de cemento y asbesto. Ludwing Hatschek construye
paneles ligeros de construcción y de gran
resistencia, a los que pronto sigue otro tipo de
productos, tejas de pizarra sintética, paneles
rugosos para paredes y tejados y molduras decorativas
de muros y techos.
Asimismo el amianto es
incorporado a numerosos productos, barcos a prueba
de incendios construidos con planchas de asbesto
cemento. Mezclado con plástico fue utilizado
en la construcción de botones, teléfonos,
y distintos elementos y artefactos del hogar.
La
gran expansión de la industria de la construcción,
luego de la Segunda Guerra Mundial, provoca el
desarrollo en gran escala de la industria del amianto.
Las propiedades de resistencia, duración
y resistencia al fuego, hizo que los productos
de asbesto cemento fueran muy valorados por los
especialistas de estructuras y los utilizaran generosamente
en los proyectos. Las estructuras de acero de los
grandes rascacielos, eran recubiertas con amianto
pulverizado para evitar el pandeo causado por incendios.
El
abanico de aplicaciones fue impresionante. Tabiques,
revestimientos, cubiertas, tanques y depósitos
de agua, cañerías de agua potable,
cloacas, paneles, cielorrasos, chimeneas, revestimientos
de estufas y radiadores, cabinas de proyección
cinematográfica, paredes y puertas antincendios,
tostadores de pan, etc.
El
amianto está presente en numerosos productos
y elementos y en Argentina, como en otros países,
el mayor consumo se da en la fabricación de
asbesto cemento, en forma de chapas para cubiertas,
cañerías y tanques de reserva para
agua potable.
Afecciones
y enfermedades
La enfermedad producida por el asbesto es llamada
asbestosis, se trata de una enfermedad "intersticial difusa fibrosante" del pulmón
clasificada médicamente como "neumoconiosis colágena difusa".
La inhalación de fibras de asbesto puede causar no sólo una
fibrosis intersticial difusa, sino también, lo que tiene mayor importancia,
aumento de frecuencia de diversas formas de cáncer, principalmente
carcinoma broncógeno y mesotelioma. El comienzo de la enfermedad después
de la exposición es muy variable, lo más frecuente es que las
manifestaciones no aparezcan hasta 10 o 20 años más tarde.
Materiales
Alternativos
La mayor proporción de asbesto, más del 90 %, usado en el mundo
es destinado a la construcción de asbestocemento. Este material se
presenta en general bajo la forma de placas planas u onduladas y caños
para conducción de agua servida o potable y en el país especialmente
bajo la forma de tanques de reserva para agua potable. Para fabricar placas
puede utilizarse cemento reforzadas con fibras orgánicas (celulosa,
polivinilo, etc.) o fibras de vidrio e incluso fabricarlas totalmente con
materiales sintéticos o metálicos. Estas últimas aportan
propiedades equivalentes y hasta superiores a las placas onduladas de asbesto-cemento.
Las cañerías, pueden ser sustituidas por poliester reforzado
con vidrio (PRV) o hierro fundido y los tanques de reserva pueden ser reemplazados
por los de PVC (aunque los desechos de este material al ser eliminados resultan
tóxicos) y los de acero inoxidable. Y el asbesto cemento puede ser
reemplazado por morteros reforzados con fibras de distinta índole
(sintéticas, celulosa, vidrio, metálicas, etc.).
Conclusiones.
Se ha comprobado suficientemente la nocividad del amianto.
El contacto, uso y manipuleo de este material no
sólo produce asbestosis, sino
que puede desembocar en distintos tipos de cáncer luego de 20
o 30 años de producida la exposición. Así mismo
se ha corroborado que la exposición indirecta a las fibras (familiares
de trabajadores del asbesto) aumenta la frecuencia de mesoteliomas. En
Argentina no existen estadísticas referidas a las consecuencias
de la exposición al amianto. Existen
numerosas investigaciones (y continúan realizándose) sobre
materiales alternativos que pueden sustituir las fibras de amianto en
la producción de "fibrocemento". En los países
europeos ya se los utilizan, aún cuando el rendimiento técnico-económico
no sea el mismo.
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