[Por Carlos
Laszlo]
Sin
duda, la iluminación artificial constituye
uno de los factores más importantes en el
arte de vender. Los comerciantes saben que, para
que un local de ventas sea exitoso, no es suficiente
con ofrecer buena mercadería; primero y
más importante es lograr que el potencial
cliente tome contacto con dicha mercadería.
Al
encarar el proyecto de iluminación de un
local comercial o cualquier tipo de local de ventas,
habrá que considerar tres importantes funciones
al margen de la "imagen" institucional
o la ambientación; esas funciones son:
-
La iluminación para atraer al cliente
- La iluminación para apreciar la mercadería
- La iluminación para concretar la venta
La mercadería propiamente dicha debe "destacarse" dentro
del campo visual del cliente.
Atracción:
El
diseño de iluminación sirve en primer lugar para
atraer al cliente al local y posteriormente a la mercadería.
Esto podrá lograrse mediante la iluminación de las
vidrieras y el balance de la luz sobre la mercadería misma.
Es
habitual ver comercios con sus vidrieras profusamente iluminadas
en forma intensa y pareja, donde todos los objetos tienen el mismo
nivel de luz; es decir, la misma jerarquía. ¡Esto
es un error! Si se desea lograr que el cliente se detenga frente
al escaparate habrá que ponerle alguna pequeña "trampa".
La vidriera deberá tener una iluminación suave, como
la base de la tela de un pintor. Sobre esta base se procederá a
destacar algunos pocos elementos, cuatro o cinco dependiendo del
tamaño de la vidriera. El efecto es muy simple, inmediato
y totalmente psicológico; el transeúnte que pasa
casualmente frente a la vidriera, sentirá automáticamente
la incontrolable curiosidad de ver el por qué de esas manchas
de luz sobre algunos objetos. El primer paso ya está dado;
se ha logrado despertar el interés del cliente!
Apreciación:
El
próximo acto involuntario del futuro cliente será mirar
hacia el interior del local que tanto ha despertado su curiosidad. Sería
bueno que pudiese hacerlo a través de la vidriera y sin la necesidad
de entrar; a muchas personas no les agrada asomarse si no están
decididos a la compra por temor a la insistencia de ciertos vendedores
que generalmente se ubican cerca de las puertas.
Aquí comienza
la etapa de apreciación, para lo cual se deberá lograr
que el cliente entre al local. Nuevamente se recurrirá a una trampita;
así como el cazador coloca una serie de señuelos para conducir
a su presa al lugar deseado, de la misma manera el diseñador de
la iluminación, con la complicidad del encargado del local, creará un "sendero" virtual
con elementos especialmente destacados con efectos de luz para guiar
a su antojo al cliente por los lugares de su particular interés.
Para
ello, nuevamente será necesaria una iluminación general
suficiente como para la correcta apreciación de toda la mercadería
pero que permita aplicar algunos "golpes" de luz de mayor intensidad
sobre los objetos que servirán de guía. No necesariamente
el objeto destacado debe ser el más excepcional, sino el que logrará con
el efecto visual que produce el contaste luminoso que el cliente se acerque
al sector deseado.
Concreción:
La
concreción de la venta ya es más simple y sólo requiere
de algunos detalles que hacen al confort del cliente: buena y acertada
iluminación en los probadores, en la zona de empaques, etc.
Como
complemento de lo expuesto como técnicas lumínicas de venta,
habrá que tener muy en consideración algunos factores más
que importantes:
¡La radiación ultravioleta decolora! Hoy en día se utiliza
indiscriminadamente el mercurio halogenado en la iluminación comercial.
Esa lámpara, si no tiene un buen filtro antepuesto, decolora casi como
la luz del día.
¡El calor también decolora! Se deberá tener cuidado con la
distancia a la que se colocan las lámparas incandescentes halógenas,
las que generan una temperatura muy elevada.
Para estos casos hay una solución muy simple y a mano. Las célebres
lámparas "dicroicas" que habitualmente se utilizan indiscriminadamente,
han sido creadas precisamente para este fin. En realidad la lámpara
es una incandescente halógena y como tal produce una gran temperatura.
Esa lámpara se encuentra instalada dentro de una "campanita" de
vidrio que está externamente cubierta por un "filtro dicroico" (lo
plateado) cuya misión es la de reflejar más del 60% de la temperatura
que genera la lámpara hacia atrás. Claro, como todas las cosas,
esto será así si la lámpara es de marca y de muy buena
calidad.
Este
es un recurso ideal para los displays de kioscos, donde la temperatura
de las fuentes de luz pone muchas veces en peligro la solidez de las
golosinas. También es muy eficiente para la iluminación
de telas, papeles, y también vidrieras de joyerías, donde
las elevadas temperaturas pueden despegar algunos tipos de egarces.
Por último,
un párrafo sobre el "color", o mejor dicho la "reproducción
de los colores". Existen fuentes de luz para todas las necesidades;
simplemente hay que saber elegirlas.
Por ejemplo, las lámparas incandescentes halógenas harán
lucir más a los rojos, naranjas y amarillos que a los verdes y azules.
El mercurio halogenado hará exactamente lo inverso.
No le tenga miedo a los tubos fluorescente o lámparas fluorescentes
compactas; en la actualidad hay cuatro "tonos" de tubos con una óptima
reproducción de los colores. ...Claro, no son los que se compran en
las ferreterías!
|