INTRODUCCION:
la iluminación hace la diferencia
El
hogar constituye el refugio y abrigo del ser
humano. En él transcurren las vidas de
los integrantes de una familia, con sus alegrías
y tristezas, con sus éxitos y sus frustraciones;
se lo puede comparar con un gran escenario en
el cual cada quién vive su historia.
Y tal como en una obra de teatro, donde cada
escena recrea un clima acorde a la situación, de la misma forma en el hogar será importante
crear un clima de confort especial para cada una de las múltiples
y muy variadas actividades que en él se llevan a cabo diariamente.
Una de las herramientas fundamentales e ideales para crear el clima apropiado
para cada momento lo constituye sin ninguna duda la luz. Una iluminación
bien planificada y ejecutada proporcionará siempre una sensación
de placer y bienestar en cada una de las actividades cotidianas.
La iluminación hace la diferencia. Desde la simple
tarea de enhebrar una aguja sin dificultades hasta el placer de una buena
lectura sin forzar la vista dependen de una correcta iluminación.
La luz proporciona belleza y drama a un recinto; puede transformar una
habitación
pequeña en un sitio espacioso y aireado como también convertir
un local de grandes dimensiones en un lugar íntimo y acogedor. Puede
crear una atmósfera estimulante para una noche de entretenimiento
o una suave sensación de paz y relax luego de una jornada agitada.
La iluminación de una residencia debe ser planificada para complementar
el estilo de vida de sus moradores. El luminotécnico deberá asesorarse
sobre qué actividades, fuera de las habituales de un hogar, se realizan
en esa casa. Y aún dentro de las habituales, que recaudos especiales
deberá tomar (edad de sus ocupantes, algún tipo de discapacidad,
etc).
El especialista deberá tener presente en todo momento que estará iluminando
la residencia de SU cliente y no la propia. Nunca deberá tratar de
imponer un gusto personal sino tratar de interpretar el deseo de los moradores
de la casa y tratar de hacerlos técnicamente realizables.
Por último, el propietario de la vivienda deberá pensar en
que la iluminación de una residencia es una inversión costosa
y como tal, tratar de que se realice correctamente la primera vez; siempre
es difícil mejorar un proyecto mal realizado, especialmente porque
la instalación eléctrica será inamovible.
Existen tantas formas de planificar la iluminación de una residencia
como luminotécnicos hay; sin embargo, una manera práctica de
organizar la tarea es en base a las siguientes tres premisas:
1- QUÉ ILUMINAR
2- CÓMO ILUMINAR
3- CON QUÉ ILUMINAR
1- QUÉ ILUMINAR
Al
decidir o planificar "qué iluminar" en
el alumbrado residencial, a menudo suele resultar
práctico pensar en la iluminación
como una sucesión de "layers" o
capas de diferentes características que
conforman ese todo que constituye la ambientación
lumínica de una vivienda.
Esos layers podrán ser utilizados todos
juntos o superpuestos, individualmente o combinados,
dependiendo cada una de estas alternativas del
clima que se
desee lograr en cada caso.
Estas "capas" de iluminación son básicamente tres
y cada una de ellas cumple una función específica, a saber:
- La iluminación general
- La iluminación de trabajo
- La iluminación de destaque
Esta forma de subdividir la iluminación de una vivienda no solamente
resulta de ayuda al luminotécnico para conformar su proyecto, sino
también al propietario, quién generalmente no tiene muy claro
como quisiera que sea la iluminación de su casa.
1.1- La
iluminación general
La iluminación general de una habitación
se asemeja de alguna manera al trabajo de un pintor,
quien al comenzar su obra primero imprime a su
tela una base, un color y una textura sobre los
cuales lentamente comenzará a crear los
diversos detalles que conformarán su mensaje,
aquello que quiere transmitir.
De la misma forma, el luminotécnico debe crear una base, una primera
capa de luz que servirá luego para ir modelando el espacio con los
siguientes layers.
Esta primera base de luz deberá se lo más uniforme posible
y de no demasiado nivel de iluminación. 100 a 150 lux serán
suficientes para permitir un cómodo desplazamiento dentro de la habitación
y la circulación a las habitaciones contiguas.
Deberá ser difusa y envolvente y no producir sombras duras sobre las
paredes u otras ocasionadas por los elementos propios de la decoración
del local.
Algunos sistemas o fuentes de luz idóneos para este propósito
son las luminarias equipadas con lámparas opalinas o con difusores
de vidrio esmerilado para "ablandar" la emisión de la luz
con el propósito de evitar dichas sombras. Otra posibilidad la constituye
la iluminación indirecta proveniente en general de gargantas, lámparas
de pie o apliques de pared. El cielorraso blanco actuará como una
gran pantalla reflectante y difusora proporcionando esa primera capa de luz.
1.2- La
iluminación de trabajo
Es el layer destinado a proveer la iluminación
específica y necesaria para realizar aquellas
tareas del hogar que requieran cierta precisión
(leer, escribir, coser, manualidades en general,
juegos de mesa, etc). En general, cada una de estas
actividades tiene asignado un valor de iluminancia
en las tablas de niveles recomendados por las normas.
Es conveniente respetar estas recomendaciones a
los efectos de evitar esfuerzos visuales inútiles
derivados habitualmente en dolores de cabeza y
también físicos, a partir de posturas
corporales adoptadas inconscientemente tratando
de ver mejor.
Este layer del sistema de iluminación pude ser utilizado independiente
del resto o combinado con otro. Es aconsejable utilizarlo junto con la iluminación
general para evitar de esta manera contrastes de luminancia demasiado bruscos
entre el plano de trabajo y el entorno mediato.
1.3
- Iluminación de destaque
La iluminación de destaque o de
acento es el último de los layers del sistema
y es el que tiene la responsabilidad de crear el
clima, el toque artístico dentro del diseño
lumínico.
Su misión es fundamentalmente la de crear un centro de atracción
dentro de una habitación. Este centro de atracción deberá ser único;
deberá ser el primer elemento al cual se desea que dirija la vista
el visitante y alrededor del cual se irá construyendo la decoración
de la habitación en un orden de prioridades establecido, como si el
invitado estuviera presenciando una proyección de diapositivas seleccionadas
por el anfitrión.
La acentuación de elementos deberá ser selectiva y permitir
una tranquila recorrida por todos ellos a partir del centro de atracción.
Muchos elementos destacados con la misma intensidad y efectos similares producirán
una escena caótica y carente de sentido estético y cuyo resultado
será el fracaso total.
Como norma general, será conveniente evitar los elementos centrales,
luminarias ubicadas en el mismo centro de la habitación, normalmente
colgantes, que generan una abúlica simetría al cuarto.
Este tipo de iluminación es la antítesis del efecto "centro
de atención", ya que se convierte en un protagonista sin ningún
atractivo que ilumina por igual los cuatro laterales de la habitación
produciendo una imagen chata y sin contrastes.
Una excepción a la regla la constituye el caso del comedor, donde
la mesa central de por sí se ubica como el centro de atracción.