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planos del proyecto
Proyecto participante del Concurso
para el diseño del anteproyecto del edificio 5 según
el plan maestro de ordenamiento físico de la Universidad
Autónoma de Manizales.
De lo aereo a lo profundo
En respuesta a la solicitud
del programa, a las determinantes del sitio y a las
inquietudes surgidas por la actividad llevada a cabo
en un edificio que se particulariza por quienes lo
habitan y frecuentan asiduamente, se ha propuesto el
entendimiento del límite como mediador entre lo colectivo
e intimo, entre el debate y la reflexión, aspectos propios
de un edificio que se destina para la enseñanza superior.
Este
aparente acuerdo entra en tensión por la intensidad de
los bordes que controlan la actividad, por el reconocimiento
de la topografía que amplía la mirada y por el descubrimiento
de espacios intermedios que dilatan o acentúan el recorrido.
Es por ello que toda la atención se centra en establecer
los bordes del edificio, dejándose en evidencia 3 cuestiones
fundamentales: Contener/Ampliar, Enterrar/Flotar, Ocultar/Revelar.
Contener/Ampliar
[Convertir la fachada en un pliegue de la actividad
de la plaza, el patio y la calle. Una continuidad
entre el plano público exterior y las partes públicas
del edificio. Para ello es necesario que ciertas
plantas y pasillos aparezcan casi como un espacio
exterior]
El reconocimiento de Manizales como una
ciudad en estrecha relación con la geografía, ha permitido
recurrir a un principio compositivo que valida tanto
las condiciones del sitio como la actividad. Es así,
que, el edificio 5 para la Universidad Autónoma de
Manizales, se compone a partir de la definición de
un patio, cuya misión es garantizar
la concreción espacial, al tiempo que establece un espacio
representativo y simbólico necesario en un ámbito académico.
Este patio
se ajusta a los linderos propuestos dentro del área
de intervención y permite que la volumetría general
se configure en el solar a partir de la concreción
de cuatro prismas. Dos de ellos con marcado acento
sobre la horizontal, definiendo una escala consecuente
con un entorno doméstico cercano. El otro con un desarrollo
en altura, proporcionando al conjunto el carácter que
le corresponde a un edificio educativo que entra en
diálogo con la Antigua Estación. El último, se compone
como extensión del anterior, generando un borde grueso
que le resta importancia al edificio que no hace parte
del campus y subraya la continuidad de una calle interna
que se dispone a lo largo del solar. Es así, que la
secuencia de actividades queda definida por la concatenación
de espacios colectivos que gradualmente encuadran el
paisaje.
El patio propuesto se integra al sistema de espacios
públicos previstos en el Plan Maestro del campus y reorienta
en buena medida al mismo, en tanto, dentro del mismo
Plan Maestro se privilegia sólo la presencia de los edificios.
Si bien, existe una superficie considerable en espacios
libres, este está al servicio de un sistema de movilidad,
que hace totalmente permeable al conjunto de edificios
propuestos y reducen su representatividad hacia los linderos
del Campus. En este sentido, el patio configura de manera
definida la disposición de los volúmenes en un entorno
de espacios muy abiertos y acota sobre la carrera 19
A, un lugar de entrada común para el conjunto de bloques
que se proponen en las distintas fases. Este lugar de
entrada actúa como un vestíbulo entre la plaza, el patio
y la calle, pasando a través de él por la ausencia de
cualquier contenido programático. Por el contrario, sobre
el costado interno del solar y de la calle 44 se dispone
parte del programa que tiene que ver con los anfiteatros
y el área de registro académico para garantizar la presencia
continua de estudiantes y el uso activo del patio como
escenario para el debate.
El vestíbulo de la planta inferior
funciona como espacio colectivo y desde allí se controla
el ingreso a las plantas superiores, disponiéndose sobre
los costados más cortos tres elementos para la circulación
vertical. Ascensores enfrentados a la rampa y una escalera
que tiene control sobre la totalidad del espacio. La
escalera cumple un papel relevante dentro del vestíbulo
puesto que se libera de cualquier cerramiento, y por
su desarrollo se alza como espacio adecuado para dirigirse
a un colectivo desde un punto elevado. Por otra parte,
este vestíbulo contiene o aumenta la proyección visual
que se tiene de la plaza, el patio y la calle. Con esta
misma intención se dispone en las plantas superiores
una serie de estancias que privilegian el encuentro de
manera constante aumentando la relación hacia el exterior.
La
definición espacial y volumétrica del patio y vestíbulo,
tiene como objetivo otorgar unidad al conjunto cuando
se realice la segunda fase intervención. Para llevar
a cabo esta fase de intervención se propone aumentar
una planta en la totalidad del edificio, y ocupar en
las restantes el nuevo programa, manteniendo una lectura
estable y sólida en la construcción sin disminuir la
calidad espacial de la propuesta inicial. Este diálogo
estrecho entre las dos fases del proyecto también se
hace evidente en la composición de las fachadas, entendiéndose
como pliegues de la actividad de la plaza, el patio y
la calle. Para ello se aumenta la profundidad del borde
y se genera vacios entre los tres primeros niveles que
cualifican espacialmente tanto las estancias y recorridos
como las actividades administrativas y académicas. En
estos bordes se dispone una celosía que se utiliza como
mecanismo de control térmico, lumínico y de ventilación,
al tiempo que le otorga al edificio unidad y austeridad.
Estas celosías se modulan atendiendo a la orientación.
Enterrar/Flotar
[Evocar en este lugar interior y estático, esa
otra espacialidad abierta, diáfana y cambiante de la
luz solar]
La propuesta se construye a partir del conjunto
de circunstancias que caracterizan el solar. Entre
ellas, la condición fronteriza del emplazamiento, la
presencia indirecta de la antigua Estación del Ferrocarril
y la proximidad física con la ciudad, elementos que
revelan la sustancia del lugar. Por tanto se asume
como tema central el espacio abierto, representado
en el patio, capaz de convertirse en lugar para el
encuentro e intercambio de los estudiantes con los
habitantes de la ciudad, de establecer compromisos
entre el tejido urbano y el tejido del Campus. Es así,
que se destina un piso inferior para resolver el programa
que ocupa mayor superficie, el aula múltiple y las aulas
de informática.
El patio organiza y anuncia cuatro
volúmenes que se suspenden
para liberar buena parte de la primera planta. A cada
prisma le corresponde revelar las condiciones del lugar.
El de mayor tamaño asume el carácter representativo dentro
del Campus, y se presenta como una caja de concreto blanco
cerrada en los costados más cortos conteniendo el espacio.
Las superficies más abiertas se regulan por medio de
una celosía en madera que deja filtrar la luz, al tiempo
que genera dos tipos de sombra. Una externa con incidencia
directa al patio y la calle. La otra interna, que activa
la mirada entre los diferentes espacios. Este volumen
contrasta con la horizontalidad de dos prismas que conforman
el patio, ambos con una geometría intrínseca al emplazamiento,
acentuada por su condición muraria.
Los vínculos hacia
la calle sólo se hacen efectivos por un corte realizado
en la losa superior, que recorre la totalidad de la planta
llenando de luz los pasillos e ingresos a las aulas.
Este volumen se concibe como extensión del primero, dando
la lectura de un solo cuerpo que flota. Al prisma que
se orienta hacia el interior del solar se le reduce su
condición de frontera, en tanto se le realizan una serie
de perforaciones que revelan parte de lo que ocurre en
el interior. El volumen que contiene la rampa refuerza
el recorrido a lo largo del campus conectando física
y visualmente el conjunto. Se prestó mayor atención a
lo que ocurre por dentro que a su soporte físico. Esta
premisa llevó a emplear la madera como material de cerramiento
que se altera por las condiciones del clima, evidenciando
una mutación cromática hacia el patio y una penumbra
que refuerza el carácter íntimo, previo a los debates
en colectivo. Sólo dos perforaciones permiten establecer
vínculos con el exterior, un corte superior y otro inferior.
Ocultar/Revelar
[Descubrir relaciones que no son necesariamente
visibles entre los espacios a partir de la detención
de singularidades]
La
Escuela, como "institución del hombre" al decir de
Louis Kahn, es el "lugar" cívico del Conocimiento debiendo
por ello componerse sus espacios y formas en vínculo
estrecho con la ciudad. Sus espacios son plenas referencias
a lo urbano, puntos de encuentro. Para validar lo anterior,
se decide concentrar en un único espacio a cielo abierto
la cotidianidad de la ciudad con la singularidad de los
espacios de conocimiento.
"En el patio todo inicia, pero
también todo acaba". Un hundimiento establece cierto
grado de solidaridad entre lo íntimo y colectivo. Los
recorridos perimetrales están en contacto permanente
con la calle. Las escaleras marcan acentos entre lo externo
e interno, se separan y cortan el volumen. En todas las
plantas se conciben espacios para estar sentados y escuchar.
Sentido último de la escuela. Pero también, para dialogar.
Ventanas que admiten estar de pie, estar entre ellas.
La
luz y la geografía de una ciudad como Manizales deben ser
atrapadas en estancias, que se alternen entre lo cerrado
y abierto. Por eso algunos espacios no hacen evidente el
paisaje en las ventanas, se prefiere orientar la mirada
al horizonte. Las losas se perforan en los límites con
el muro, revelando así aspectos del propio material que
sólo la luz puede alcanzar.
La propuesta sólo busca que
la ciudad esté siempre presente.
Planos
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