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planos de la obra
El desarrollo de este trabajo se sustenta en una emotiva
y necesaria sensibilidad, por lo singular del programa
-dos administraciones en un solo edificio- como por el
lugar de emplazamiento: darle abrigo al pasado, significa
para nosotros la concepción de un edificio "cofre",
un edificio contenedor de símbolos de identidad
de aquellas culturas nativas de estas tierras un edificio
con capacidad emblemática para la ciudad.
El escenario para el emplazamiento es la clave para el desarrollo integral de
la propuesta, haciendo favorable las condiciones y elementos naturales del entorno.
Se sitúa al Oeste de la ciudad de Belén (Catamarca) en un terreno irregular
al
pie
del
cerro
con el Monumento a Ntra. Sra. de Belén, bordeado al Este con la calle
que abraza al Bo. El Monumento.
Ajustado a las circunstancias programáticas como a su peculiar condición
de emplazamiento, se propone una arquitectura que dialogue con el lugar, un espacio
para mostrar que hay de único e irrepetible y que identifique a la ciudad
como punto focal dominante al atractivo cultural-religioso, una cita obligada
para los visitantes.
En búsqueda de una idea genérica, resulta la interpretación
de un museo monográfico con espíritu moderno, en el que prime los
conceptos de contexto y región, alegorías y metáforas que
puedan se expresados en términos arquitectónicos.
En tal sentido,
se implanta el edificio hacia el Norte del terreno de una manera estrecha y arrinconada
contra el cerro, a partir de preservar un algarrobo añejo con un Cristo
tallado en su tronco, con el propósito de crear hacia el Sur una "plaza
seca" apropiada para actos, misas, ferias etc. ofrecida a la ciudad como
elemento unificador e interactivo con el barrio, con el edificio, con el sendero
al Monumento de la Virgen, y como punto neurálgico también de proyectos
futuros como: Camino de la Vida y Sistema Funicular con Aerosillas para ascenso
y descenso al Monumento. Un espacio tan necesario como el edificio mismo.
La arquitectura
del Museo propone, un edificio "suelto" de
los estereotipos museísticos de su clase, que
aunque organizado a traves de un eje y un centro, se
aleja de cualquier resolución simétrica.
Esta impronta, se conjuga con la fuerza de sus líneas
oblicuas que se funde y se hacen difusas con el cerro.
El edificio, se define a partir de un vértice
convergente de dos alas oblicuas que abrazan un patio
cultural circular, cuyos extremos se incrustan
contra el cerro conformando en términos espaciales un "claustro".
Los cuerpos principales conforman las dos fachadas del edificio: la Sur, da
límite a la plaza con la gran escalinata de acceso y el café-bar,
y la otra, la más urbana, resuelta como la cara institucional del edificio,
la que se interrumpe con un hiperboloide elíptico, como una piedra bola
incrustada en la composición, a modo de hito urbano, conteniendo el
auditorio, la biblioteca y un aula de danza además, los accesos al albergue
para investigadores, como también los de servicio con estacionamiento
privado y acceso a los depósitos generales del Centro Cultural como
del Museo.
El acceso principal, resuelto mediante dos grandes bocas en la convergencia
de ambas fachadas que traspasando el umbral, el visitante encontrará un
amplio y generoso hall que articula y divide la composición, permitiendo
una comprensión global del espacio interior, desde cuyo eje se percibe
y se accede al patio cultural, custodiado por 12 huancas, talladas con motivos
arqueológicos, unas incrustadas en el edificio y otras exentas definiendo
cinco espacios virtuales para el desarrollo in-situ de actividades artesanales.
El mismo eje, separa axialmente las dos circulaciones verticales: la rampa
conecta con las salas de exposición en PA y la escalera cose las aulas
taller en el subsuelo con el puente de llegada a PA, paseando al visitante
por un recorrido alrededor del patio central, que mediante unas cascadas de
vidrio se aprecia el entorno inmediato del cerro, contribuyendo a la orientación
dentro del edificio.
Prosiguiendo con el eje del acceso, hacia la izquierda se encuentra el resto-bar
totalmente permeable en sus lados, como el sector de baños públicos,
primeros auxilios, maestranza y salas de máquinas. Hacia la derecha,
el espacio se derrama en el foyer (como sala de exposiciones para temas locales)
de la sala auditorio con capacidad de 99 butacas. En el mismo sentido de la
circulación, encontramos la sala didáctica arqueológica
para niños, llegando finalmente a la administración del Centro
Cultural con acceso al depósito general del mismo.
El recorrido de la rampa se concibió como un túnel del tiempo,
que narra la historia local y llega como la escalera a un puente bifurcador
y nexo de las salas de exposición permanente como la eventual y transitoria.
La sala principal del museo está concebida como un espacio totalmente ciego,
flexible y neutro, donde el objeto a exhibir merezca toda la atención
y no el mobiliario que lo contiene. Es primordial en ese sentido, que el mueble
en términos figurativos desaparezca para que el objeto arqueológico
sea el protagonista. Este efecto se logra utilizando una decoración
cuyo revestimiento y cuyo mobiliario tengan tonos uniformes y opacos, conjugando
con iluminación domotizada mediante sensores de presencia que enfatice
el efecto, quitando el concepto de opacidad y densidad de las piezas arqueológicas.
En
esta planta se desarrolla integralmente el Museo, con una circulación
para el tránsito interno de piezas mediante puentes que vuela sobre la falda
del
cerro, la que podrá recibir visitas temáticas
guiadas, pasando por el área de investigación
en estrecha relación con el cerro, preservación
y depósitos, concebidos para poder exhibir el
patrimonio allí resguardado, entendiendo que tal
apreciación se realizará en condiciones algo diferentes
a las que ofrece las sala de exposición permanente
con mayor nivel de vigilancia. La planta se completa
con la administración de Museo, la biblioteca
y la vivienda para investigadores, conectado directamente
con la zona de trabajo.
En la planta segunda, el programa se completa con un
aula de danzas, dentro del hiperboloide con una terraza
de expansión a cielo abierto.
El edificio que cuenta con 2596 m2 proyectado, estará equipado con
tecnología de última generación, sistema de alarmas mediante
sensores infrarrojos, sistema de detección de incendio analógico
inteligente, con detectores ópticos térmicos y detectores de
mezcla explosiva, aviador manual y sirenas electrónicas. Para las
rutas de evacuación se tuvo en cuenta el ancho suficiente de las circulaciones,
escaleras y rampas, puertas cortafuegos, en la sala de conferencias la tela
de las butacas tiene tratamiento ignifugo. Con respecto a la climatización,
se diseño en forma sectorizada, los niveles de aire acondicionado es
diferente en la oficinas, en la sala de conferencias, en el bar y fundamentalmente
en la sala de exposiciones donde la temperatura y humedad relativa deberá ser
constante en las distintas épocas del año, para la correcta conservación
de las piezas.
La imagen compacta del edificio, denota que detrás de esos imponentes
muros revestidos en piedra laja de Ampujaco reposa algo de inmenso valor, las
2700 piezas arqueológicas de la colección, que son parte del
inmenso patrimonio arqueológico del departamento y por ende de la provincia,
considerada la "cuna" de la arqueología en Argentina.
En líneas generales el proyecto responde a una
idea actual de lo que debe ser un museo concebido como
centro dinámico de convivencia cultural, un espacio
abierto a todo tipo de público, flexible, donde
el objeto museístico pueda mostrarse cerca de
la gente y que a la vez sea un espacio para simplemente
pasear, detenerse, tomar un café, leer un libro,
una casa donde todos sean bien recibidos.
Planos
Realice click en los links para ver los planos.
[1] Planta
+1.12
[2] Planta
+5.07
[3] Planta
+9.54 y subs.
[4] Corte
AA
[5] Corte
BB
[6] Corte
CC
[7] Corte
DD
[8]
Corte
EE
Imágenes
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Ver ficha técnica
y datos de contacto al pie de página.
Acerca de los proyectistas
Oscar Quintero y Mariana Lobeto son arquitectos
formados
en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad
Nacional de la Plata.
Hace
16 años que desarrollan la actividad profesional
en la ciudad de Belén, provincia de Catamarca,
con experiencia en obras pública como privadas.
Considerados en el medio como el primer estudio dedicado
a la arquitectura en forma independiente.
Desde entonces, trabajan siempre con la idea de una
arquitectura regionalista y moderna, que se exprese
con identidad propia, rescatando y usando materiales
de la zona combinados con tecnología actual,
descubriendo materiales y técnicas para el logro
edificios sustentables. La producción en la
zona, tiene un factor común: el condicionante
económico.
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