La obra obtuvo una Mención
en el Premio Bienal de Arquitectura CPAU/SCA 2002. El
jurado fundamentó su fallo diciendo:
"Esta
obra encara un tema sencillo, de pequeña escala
y de ubicación urbana. Fue seleccionada por la
relación ascética trama-tratamiento de
la luz, los elementos con que se construye el lugar y
los planos de cerramiento puros y sencillos".
El proyecto arquitectónico
Implantada
en un lote de 8,66m de ancho por 23,00m de profundidad,
en
la ciudad de Buenos Aires, la obra, una imprenta de 220
m2 cubiertos, consolida el borde del tejido urbano con
un cerramiento metálico de planta baja y un piso.
La
economía de recursos, tanto estructurales como
técnico-constructivos, permitieron trabajar fundamentalmente
sobre un lenguaje de austeridad expresiva.
Cerrada y
ciega, a manera de zócalo, la planta
baja contiene la puerta de acceso y el portón
para carga y descarga de materiales gráficos.
Al
cielo se abre la planta alta y deja paso a la entrada
de luz natural controlada por parasoles metálicos
que trabajan como desmaterialización de la masa
y arman un contrapunto entre el lleno y el vacío.
Por
un lado, desde afuera, la transparencia de la hermética
pared de cristal da cuenta de los diferentes grados de
profundidad de la planta; por otro, desde adentro, el árbol
resguarda la entrada del sol y se interpone, verde y
perenne, entre los parasoles y el cielo.
Como el proyecto
está basado en el trabajo de
la estructura como estructura arquitectónica,
el espacio está expresado por el desnudo lenguaje
de su estructura y de los elementos que la componen,
bañados en luz, que no sólo dejan ver su
huella sino que cumplen con distintos grados de determinaciones
expresivo-funcionales.
El acceso en doble altura está trabajado
a manera de lucernario cuya luz rebota en un tabique
estructural
de hormigón armado inundando el espacio de luz
natural y provocándole al material una transformación
en relación con el tiempo.
La profunda planta
de producción está iluminada
por cuatro lucernarios que permiten una luz homogénea
en toda su superficie, desde allí y a través
de un trabajo de planos acristalados se percibe continuo
el espacio hasta verse como figura de fondo la intensa
luz del vacío de acceso.
La demanda
El encargo
vino de la mano de un matrimonio de jóvenes empresarios
cuyo requerimiento consistía
en un edificio que permitiera albergar un programa
tanto administrativo como de producción gráfica.
Ésta,
de aproximadamente el setenta por ciento de la superficie
total cubierta y cada una con sus respectivos servicios.
Además
era imprescindible para los propietarios una gran privacidad,
poco contacto con el espacio público
y un importante grado de seguridad.
La parte administrativa
contaría con un espacio
de atención al público y una oficina gerencial,
y el sector productivo estaría dividido en dos:
una oficina destinada a la producción técnica
y un taller de producción gráfica.
También
era muy importante abastecerlo de un lugar de carga y
descarga de materiales gráficos, como resmas de
papel, formularios continuos, etc.
La obra
Comenzó a
construirse en el mes de octubre de 2001 y transcurrió su
proceso constructivo debiendo soportar los abatares de
la realidad económica
argentina. Su costo fue oscilando los quinientos dólares
estadounidenses el metro cuadrado. Siendo el factor económico
un input muy importante, en ese momento, para el comitente.
La
materialización del proyecto da cuenta en
efecto de la economía, en términos específicamente
arquitectónicos.
Los materiales utilizados expresan
su voluntad, tanto estética como técnicamente.
La
fachada está resuelta en su totalidad con
una estructura de perfiles metálicos así como
el cerramiento inferior, de paneles fijos y móviles,
revestidos en chapa lisa, y la parte superior con parasoles
fijos de caño rectangular que controlan la entrada
de la luz a través de cuatro grandes paños
de cristales transparentes.
Tanto la cubierta como la
estructura interior de vigas y columnas, es de hormigón
armado; salvo un tabique que divide a la parte administrativa
del sector de carga
y descarga de materiales gráficos, que es de bloques
de hormigón.
El cielorraso es de placas de yeso
suspendido e incorpora todas las instalaciones en su
interior, así como los artefactos embutidos de
iluminación.
La pureza de la caja blanca, pone
de manifiesto los elementos constitutivos del espacio
que ésta alberga, como los tabiques de hormigón
armado, la escalera metálica con plegados de madera
maciza y la pared de bloques de hormigón.
Toda
la obra se realizó con materiales y mano
de obra tradicionales haciéndose fundamental hincapié en
que la misma construcción fuera la que potencie
la poética arquitectónica y que resuelva
además su permanencia en el tiempo.
Planos
[1] Planta baja
[2] Planta alta
[3] Corte
longitudinal
[4] Detalle
y fachada
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Acerca
del proyectista
Para más información sobre el arq.
Daniel Ventura visite
el sitio web danielventura.com.ar
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