Ante el agotamiento de los recursos energéticos -acelerado por la polución ambiental generada por la emisión de gases de efecto invernadero- es fundamental tomar conciencia sobre el significativo aporte de la aislación térmica de viviendas y edificios de todo tipo.

Las cifras demuestran que, con una buena aislación, es posible lograr un aumento de la eficiencia térmica mediante la notable reducción en los consumos energéticos destinados a la calefacción y refrigeración de los edificios.

La campaña Aislar Bien, impulsada a nivel nacional por la Asociación Argentina del Poliestireno Expandido, busca capacitar a arquitectos y al público en general sobre este tema, clave de la construcción actual.

Desde una casa hasta una torre de oficinas, todos los edificios padecen las consecuencias del problema energético y del calentamiento global y, al mismo tiempo, son, en alguna medida, generadores de los mismos.

Esto se debe a que no sólo consumen energía sino que, a través de la calefacción, la refrigeración o la iluminación, emiten un elevado porcentaje de los gases que producen el efecto invernadero.

Cabe aclarar que un tercio del total de la energía consumida en el país corresponde a la utilización de la electricidad y el gas necesarios para calefaccionar o enfriar los edificios.

El Arq. Pablo Azqueta -Asesor Técnico de la Asociación Argentina del Poliestireno Expandido (AAPE)- destaca: "El adecuado aislamiento térmico de los edificios permite tanto un uso más racional de la energía -con una amortización de la inversión a corto plazo- como la mejor solución desde el punto de vista del confort higrotérmico y la salud de los habitantes. Sólo con una correcta aislación térmica, la demanda de gas para calefacción residencial en el área central de nuestro país, de clima Tipo 3 -norte de Buenos Aires, centro y sur de Córdoba y Santa Fe, San Luis y el oeste de Mendoza- podría reducirse hasta en un 43 por ciento".

Amplía el Arq. Azqueta: "Es importante tener en cuenta la posibilidad de contribuir a la eficiencia energética y la protección del medio ambiente al momento de construir o remodelar edificios. En el caso específico de las viviendas, se debe tener especial cuidado en la aislación de los techos ya que, a través de ellos, se produce un alto porcentaje de las pérdidas y ganancias térmicas indeseadas. De todos modos, debe tenerse en cuenta que la incidencia de la aislación de paredes y pisos se incrementa en los climas más fríos y de latitudes altas. Existen diferentes tipos de aislantes tradicionales entre los que se destaca el Poliestireno Expandido -EPS- debido a sus excelentes propiedades como aislante térmico. Este material garantiza una adecuada protección contra la condensación de la humedad y las variaciones de temperatura y es 100 por ciento reciclable, inerte y biológicamente inocuo".

Mariano Mastroberti -Presidente de AAPE- explica: "Con el objetivo de concientizar a los profesionales de la construcción del país sobre la importancia de crear espacios sustentables, saludables y confortables -incluyendo materiales de bajo impacto en la fabricación y el uso- AAPE lleva a cabo un ciclo de concientización bajo el título de Primeras Jornadas Internacionales de Aislación Térmica y Uso Racional de la Energía en la Construcción".

Entre los conferencistas internacionales que participarán se destacan el uruguayo Jörg Thomsen -Director de la firma Isotécnica y referente mundial en la temática ambiental- y la arquitecta mexicana Jenny Tardan Waltz -especialista en ahorro de energía en la edificación-.

Más sobre el Poliestireno Expandido (EPS)

El EPS es el material termoaislante de la mejor relación costo-prestación porque tiene un 98,5 por ciento de aire encapsulado en sus celdas y el aire quieto es un excelente aislante térmico.

Protege la vivienda de las de los agentes climáticos, brindando mayor confort y reduciendo considerablemente el consumo de energía necesario para climatizar el hogar.

Además, es altamente resistente, no se degrada con el tiempo ni pierde su capacidad de aislación por la acumulación del polvo en su superficie y mantiene su eficacia aún en las peores condiciones de trabajo, resistiendo a las heladas y a la putrefacción.

A diferencia de otros materiales, es 100 por ciento reciclable, inerte y biológicamente inocuo, no afecta el sustrato ni las aguas subterráneas, no contiene agentes de expansión que dañen la capa de ozono ni emite contaminantes a lo largo de su vida útil.

El EPS se utiliza también como aislante acústico, es difícilmente inflamable y de fácil colocación.

Para más información dirigirse a aape.com.ar