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Acerca de la autora
María Teresa París es Arquitecta Egresada
de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA) y Directora
de CEDO (Centro de Enseñanza, Decoración & Oficios). Fotos
y textos enviados por CEDO.
Más información
http://www.cedo.com.ar
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Si bien el auge que cobró la
construcción en los últimos años
nos acostumbró a ver, cada dos o tres cuadras,
importantes y novísimas construcciones -seguramente
erigidas buena parte de ellas sobre alguna casa antigua-,
también resulta ser una realidad que aún
hay muchas personas que siguen eligiendo vivir en este
tipo de construcciones, incorporándole elementos
nuevos que hagan que la estadía sea más
satisfactoria que hace unos cincuenta años atrás.
Eso sí, está prohibido modificar
aquellos elementos distintivos que le han dado el alma
por tantos
años.
Entonces, para aquellos que se enfrentan en su labor
profesional al desafío de remodelar y
decorar una casa antigua, a continuación les brindamos
algunos consejos muy útiles que ayudarán
antes, durante y después de la titánica
tarea.
Una buena idea para comenzar la labor puede ser animarse
a contrastar elementos de diferentes estilos, lo que
permitirá sin dudas, montar un ambiente muy personal.
Tal como marcamos inicialmente, será de suma importancia
mantener los elementos originales porque definen el carácter
de cada construcción, el tiempo y el espacio al
cual pertenece. Además son los que le darán
esa impronta de época que seguramente el cliente
que quiere huir de aquellos ambientes estereotipados,
está buscando.
Otro recurso para alcanzar lo anteriormente mencionado
es integrar con los elementos de época, todos
aquellos objetos o elementos que reflejan fuertemente
su relación con el tiempo presente: electrodomésticos,
iluminación, mobiliario, objetos decorativos,
entre otros.
Por su parte, dentro de una casa tipo chorizo o de época
se presentarán muchas alternativas, por eso acá mencionamos
algunos secretos que evitarán caer en excesos
y caos decorativo.
Si el cielorraso cuenta con vigas o
elementos estructurales de madera que tienen un adecuado
mantenimiento, entonces,
sí o sí la premisa será conservarlos
en su estado original. Con esta decisión la casa
ganará en estilo y carácter.
En tanto,
si los mismos no presentan un atractivo per se o no fueron
correctamente cuidados, habrá que unificarlos.
Esto se puede lograr pintando del mismo color que el
resto de la caja arquitectónica con la intención
de "hacerlos desaparecer". Y una tercera
opción puede ser realizar un cielorraso suspendido
de yeso, que esconderá todos aquellos elementos
estructurales que no se deseen y los que no se quieran
dejar a simple vista.
En el caso de los techos abovedados, si están
en buen estado, no hay espacio para las dudas o preguntas
del tipo ¿qué hago? Hay que mantenerlos,
son una excelente opción que da carácter
y clima al espacio.
Respecto de las paredes, al estar en una casa antigua
lo más factible es que las mismas sean de ladrillo
macizo, de ser así, se las puede trabajar con
un repicado para extraer el revoque o los materiales
que la recubran, dejando los ladrillos a la vista que
le imprimirán una gran personalidad. Eso sí,
no hay que abusar de este recurso porque el ladrillo
tiene sus contras: refleja poco la luz, la absorbe
y achica visualmente los espacios.
Asi mismo, una interesante alternativa que ofrece el
mercado son los revoques cementicios y acrílicos,
de variados colores que permiten "jugar" con
la posibilidad de combinar ambas opciones.
En los solados ocurre algo más
o menos similar que con las paredes. Los pisos calcáreos
y graníticos son propios de una época
y de un estilo de arquitectura, con lo cual acá también
se recomienda como primera opción conservarlos,
ya sea, puliéndolos o restituyéndoles
las piezas rotas. Aún más, existen empresas
que realizan piezas a pedido, en tamaño, forma
y color si el cliente desea conservarlos.
Pero en el
caso que la decisión sea reemplazarlos, lo más
aconsejable es el microcemento y el cemento alisado.
En el caso de que el piso sea de madera maciza, lo
mejor será recuperarlos, puliéndolos
e hidrolaqueándolos para que mantengan una mayor
naturalidad.
Otro de los elementos que se destacan dentro de las
construcciones antiguas y que también nos indican
su historia son las ventanas, y por cierto deberán
ser destacadas, mostradas para su admiración.
Para ello se recomienda evitar los cortinados excesivos
y ampulosos. Si las mismas no corresponden con el gusto
o estética que se quiere lograr se les puede
dar un toque diferente a través de un cortinado
que respete el estilo arquitectónico.
Ahora bien, una vez resuelto lo anterior, nos resta
darle ese toque final con la elección de los
muebles, objetos, e iluminación.
En esta etapa
la idea rectora deberá ser el equilibrio, que
lo conseguiremos combinando elementos nuevos
con otros antiguos, sin que unos se destaquen o prevalezcan sobre
los otros.
La primera recomendación será agrupar
los objetos y muebles por colores, formas y texturas
similares que se unan a la caja arquitectónica.
En el caso de los objetos, una opción puede
ser utilizar unos modernos con materiales connotantes
como el vidrio, el metal, el cuero, o los plásticos.
En la iluminación lo ideal será usar
luces puntuales de alta generación: los leds,
bipines, dicroicas, entre otros, que producen efectos
y recursos interesantes.
Utilizarlos cada vez que sea
necesario para destacar algún elemento decorativo,
como una escultura, una planta de porte importante
o un cuadro.
Por supuesto, también deberá estar
contemplado el recurso de la luz ambiental, que proporcionan
las lámparas de pie, de mesa y que generan una
luz cálida y armónica.
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