"La
arquitectura para mí tiene un contexto social
muy fuerte. También se trata del lugar y
su espíritu, porque éste tiene mucha
influencia a pesar de que no se pueda medir. Se
trata también del espacio, de la calidad
de vida, de la luz y su dimensión poética,
de la relación
entre espacio público y privado. Se trata del cambio; los edificios tienen
lugar porque la ciudad y los pueblos cambian, se regeneran, y hay un elemento
simbólico y material que representa estos procesos. Entonces se trata
de
muchas facetas diferentes; y de alguna manera para mí la arquitectura
es
la integración de todos estos temas, factores e influencias tan diversas.
Todos ellos influyen en el proceso de diseño...". Así dio
comienzo Norman Foster a su conferencia (luego de enunciar los temas que iba
a desarrollar) el pasado 6 de octubre en el Aula Magna de la Facultad.
La
observación de sus proyectos y realizaciones
evidencia, además de una constante preocupación
por los aspectos formales y estéticos, una
inquietud especial por la búsqueda en la
praxis de las virtudes de la tecnología
como factor fundamental para promover la innovación
en la arquitectura.
Sin
embargo, cuando se quiere encasillar su obra con
la etiqueta de High-Tech, él lo rechaza
rotundamente y se ocupa de destacar su desinterés
por una tecnología concebida autónomamente.
En relación a ese tema nos dijo: "no
existe la posibilidad de diferenciar la arquitectura
de la tecnología porque desde el momento
de la creación arquitectónica en épocas
prehistóricas, para crear cualquier espacio
habitable debió usarse la tecnología,
la tecnología apropiada".
Y
entonces enfatiza: "Tecnología
es arquitectura, pero arquitectura es también
responder a las necesidades de los seres humanos. Esas
necesidades son materiales y se pueden medir y
cuantificar, y obviamente, hay espacios que responden
a necesidades espirituales, que son más
difíciles de medir pero también tienen
su valor. Y no importa si es una casa, una iglesia,
una choza o una caballeriza, siempre son el resultado
de una tecnología apropiada a su tiempo".
Sir
Norman Foster procura destacar todos los aspectos
claves de sus obras como elementos inseparables
de la arquitectura. Y en ese marco la tecnología
es un medio que puede constituirse en un instrumento
flexible, variado y apropiado para dar respuesta
a las necesidades que plantean las distintas obras.
En definitiva, más que en el High-Technology
a Norman Foster debería encuadrárselo
en el Appropiate-Technology.
En
su continua búsqueda creativa de soluciones
arquitectónicas a los nuevos requerimientos
de la sociedad, Foster logra aportar nuevos elementos
y conceptos al proceso de desarrollo de la arquitectura
de nuestro tiempo. En sus últimas obras,
por ejemplo, se observa una preocupación
especial por los aspectos ecológicos y su
dimensión económica, o por la creación
de una nueva generación de espacios para
la realización de actividades a gran escala.
En su conferencia Norman Foster habla de "...la
reinvención y la innovación, porque
a medida que cambian las necesidades se suscita
un proceso de renovación y regeneración".
Y lo ejemplifica en su proyecto para el Banco de
Hong-Kong o el Parlamento de Berlín, entre
otros casos.
A
la pregunta de cómo maneja y desarrolla
los grandes espacios en sus obras, como por ejemplo
el Aeropuerto de Hong-Kong, Foster responde que
para él "no hay
distinción física en cuanto al tamaño
del proyecto porque cada proyecto es el resultado
de las necesidades de los seres humanos, de las
características del terreno y el ámbito
cultural".
Pero en relación
al Aeropuerto de Hong-Kong, actualmente la obra
más grande del mundo, explica: "Uno
de los mayores problemas que enfrentan esas obras
es la organización del proceso de construcción,
la planificación de todo el input de especializaciones,
resolver el problema de miles de personas que integran
el grupo de diseño y construcción...
pero en cualquier caso la cuestión es crear
espacios que sean acogedores, que sean humanos,
que den sentido de bienestar y atiendan al contexto
social".
Y enfatiza nuevamente: "La
tecnología es siempre el medio activador
para dar solución a estos problemas, no
es la meta en sí misma". Preguntamos
sobre cómo es la estructura organizativa
y funcional de su estudio, a la cual responde que
es un equipo muy particular y esmerado de profesionales
con un background muy amplio. En el último
censo se descubrió que hay 35 lenguas diferentes,
en general muy jóvenes (su edad promedio
es de 31 años). Son un total de 180 personas
en Londres, pero considerando lo proyectos internacionales
son muchos más. El diseño mismo está encabezado
por por él mismo y un grupo muy limitado
de socios.
La
dimensión de su estudio y los encargos en
todo el mundo llevaron a Norman Foster a crear
hacia 1993 nuevas sedes fuera de Londres, como
en Berlín, Franchfurt, Hong-Kong, Nimes
y Tokio. Sus obras, repartidas por todo el mundo,
pudimos verlas en la FADU comentadas por el propio
autor.
Fuente: Revista
Informes XV (FADU)
Fecha: 12/1997