Mudarse es una de las cosas que generan más stress en la vida y, para sobrevivir, hay que pensar en cada detalle antes de tomar la gran decisión.
En primer lugar, es importante seleccionar los barrios en los que quisiéramos vivir. No es lo mismo un barrio de casas bajas, que un barrio de edificios, una avenida súper transitada o una calle tranquila con acceso a muchos medios de transporte que nos acerquen al trabajo, son solo algunas de las opciones que podemos contemplar. ¡Ni hablar de estar cerca del trabajo o tener fácil acceso a él!
Vivir en las inmediaciones de un espacio verde, como una plaza o un parque, pueden ser parte de la elección si es que no tenemos un balcón, patio o terraza donde pasar una tarde de esparcimiento con los más chicos o, por qué no, tomar mate los más grandes.
Para Florencia Ruda, fundadora de RGM arquitectas, hacer un listado con las necesidades de la familia para que la vivienda sea la adecuada y podamos transformarla en un hogar, es uno de los puntos más importantes una vez seleccionada la zona. «La cantidad de dormitorios, baños, espacios comunes, si la cocina es integrada o está separada, si estamos obligados a tener una cochera o un patio y qué cosas resultan fundamentales y cuáles se pueden resignar simplifica la búsqueda. Establecer un orden de prioridades es fundamental para saber qué se puede resignar y qué no para ahorrar tiempo en la búsqueda y ser más específicos», explica.
«A veces es necesario hacer reformas para logar el espacio tal y como querés», agrega Anna García Meza, socia en RGM. Y aquí otro punto clave: hay que tener en cuenta la estructura del lugar para demoler como para construir.
La luz y la ventilación no son detalles menores. Que los ambientes sean luminosos generan efectos positivos, si son muy oscuros, pueden afectar el ánimo de los habitantes. Aunque los espacios sean pequeños, la luminosidad hace que los ambientes se vean más amplios y para esto es importante conocer la orientación del inmueble. La ubicación sur, es la de menor luminosidad, la este tiene luz por la mañana y la oeste por la tarde. «Una buena manera de comprobarlo es ir a verlo por la tarde y comprobar si es necesario prender la luz», sugiere Meza para no llevarse sorpresas en el futuro.
La cantidad de metros cuadrados a la que se pueda acceder, tiene infinidad de variantes, pero un «secreto» es aprovechar los espacios, ya que ambas arquitectas coinciden en que «cuanto menos espacio en circulación se desperdicie, mejor aprovechado estará el departamento».
Para el final quedan los clásicos, tener en cuenta que no haya problemas de humedad pre existentes y, que de existir sean solucionables. Revisar la instalación eléctrica, verificar en el tablero que tenga disyuntor para mayor seguridad (sobre todo si habrá niños en el lugar), revisar la instalación sanitaria, la antigüedad de los caños, si tuvo o no reparaciones previas y la presión de agua que sale en las canillas.
La calidad de la vivienda es esencial. Si los materiales son de buena calidad y si la vivienda este en buen estado general, es ideal para no invertir tanto dinero en reformas. La clave para Ruda, está en percibir «cómo te sentís al entrar, si te imaginas viviendo ahí y desde el momento cero lo sentís propio, ¡lo encontraste!».