Libro Una Casa / Un Arquitecto

La Facultad de Arquitectura, Diseño, Arte y Urbanismo de la Universidad de Moron (UM-FADAU) ha editado el libro Una Casa / Un Arquitecto, Cronica de una restauracion, dedicado a la Casa Gilardi, obra del arquitecto Luis Barragan. Los autores del libro son el arq. Oscar A. Borrachia (Decano de UM-FADAU) junto a la arq. Marcela Kral y Cecilia Fonollá.

Fragmentos del libro
Crónica de una restauración

Culmina la visita a la Casa Gilardi. Nos despedimos con Marcela Kral de la Familia Luque quedándome con la sensación de haber recorrido un camino lleno de interesantes e inesperados momentos con gratas experiencias vividas que no se borrarán de mi memoria.

Recuerdo haber hecho por primera vez el recorrido caminado por la ciudad, desde la Casa Estudio de Luis Barragán hasta la Casa Gilardi con tanta ansiedad para poder llegar lo antes posible y disfrutar su arquitectura llena de belleza. Al llegar al barrio se identifica  fácilmente, entre las casas vecinas, por su fachada austera y de  fuerte contenido en su lenguaje.

Me había ocurrido algo similar, años atrás en mi primera visita a la Casa Estudio, junto a mi maestro el Arquitecto Carlos Coire. En aquella oportunidad, por no haber podido concretar previamente la visita, nos quedamos en la puerta sin poder entrar; eso nos permitió hablar con un vecino que nos dio los horarios de visita y nos invitó a visitar su propiedad que estaba deshabitada y lindera con la Casa Estudio. En aquel edificio había vivido Luis Barragán con su familia.

Esa casa austera, pero llena de sorpresas, seguramente había marcado una huella en la obra posterior del maestro. Circulación zigzagueante sin necesidad de largos recorridos, se comunica con distintos lugares de la casa. Sombría en ciertos sitios y llena de luz en otros; después el jardín interior, húmedo por su vegetación intensa, donde se abre un espacio de claridad con abundante ingreso de luz y de color azulado del cielo. Retorno la vista hacia la casa y en la terraza aparece la escalera típica en la obra de Barragán, adosada a un muro ciego.

Las mismas sensaciones se dan en la Casa Estudio y se pueden percibir aún más en la Casa Girardi. Se Ingresa por un corto pasillo casi en penumbra, que se interrumpe por un muro y un vacío de luz cenital que ilumina hacia la izquierda la escalera y apoyada en el piso, anticipándose al muro blanco, aparece una esfera esculpida en granito gris de unos 80 cm. de diámetro. Ese muro nos direcciona hacia la galería de vanos repetidos con orden simétrico por donde ingresa luz de tono amarillo; a la izquierda , un mueble extendido, encima de éste y en la pared una obra pictórica, y como único artefacto de iluminación indirecta, una caja de madera de 25 x 25 x 25 cm. con un lámpara en su interior.

Al final de la galería tras una puerta de doble hoja,  se observa de fondo un muro de color azul que lo anticipa, otro de color rojo, como una composición de arte geométrico en toda la altura del espacio. Al ingresar se descubre que se trata de la sala del comedor con la alberca con su espejo de agua, donde se refleja la luz del sol como único rayo luminoso que ingresa por una pequeña ventana apaisada ubicada en la parte superior y  proyectando  un rayo de luz, en forma de  cruz,  sobre el muro y el espejo de agua.  

Estar en ese sitio seguramente, inspiró a Tadao Ando que según me comenta Arcelia pasó la noche en esa sala, observando el misterio de la luz. Las sensaciones nos invaden en ese espacio austero pero lleno de poesía, donde los cambios permanentes que se observan con el ingreso y movimiento mágico de la luz durante el día y la noche.

La fuente de iluminación de esta sala,  surge del interior de la alberca que se transporta al patio con sus colores,  a través del vidrio del ventanal, donde aparece el jacarandá, y sus sombras se dibujan sobre los paramentos, las sensación que nos invade,  es algo difícil de transmitir y solo vivirlo permite apreciar la belleza de ese espacio.

Sólo me queda un interrogante: ¿Pudo Barragán haber imaginado en sus primeras ideas, cuando se encontró con el jacarandá y la olla de la alberca,  este asombroso resultado?

Arq. Oscar A. Borrachia




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