Las ciudades argentinas frente al desafío de las inundaciones

El gran desafío de las ciudades es y será cada vez más, abordar el problema de las inundaciones, que se viene potenciando con el cambio climático que generan las lluvias cada vez más intensas y frecuentes, sumado a una mayor ocupación e impermeabilización del suelo. ¿Cómo están preparadas las ciudades de nuestro país para medir el riesgo y afrontar soluciones para esta problemática? Desde el Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC), a través del Ing. Adolfo Guitelman, se describen diversas soluciones de infraestructura, como la pavimentación correcta de las calles y las obras hidráulicas. También los ciudadanos, las constructoras o consorcios de copropietarios pueden aportar soluciones como la «ley de impacto cero» y las terrazas verdes. El camino por recorrer es inmenso y no hay soluciones definitivas, pero se empieza por la concientización y la integración de las propuestas transdisciplinarias así como la aplicación de las mismas en conjunto.


En las ciudades actuales, se está evidenciando el riesgo de inundaciones debido a la confluencia de diversos factores como el cambio climático y la población creciente de los núcleos urbanos. En Argentina las inundaciones recientes que hemos vivido en las ciudades de Buenos Aires y La Plata, se suman a las problemáticas de las otras ciudades con riesgo potencial alto, como Santa Fe, Córdoba o Resistencia, para mencionar sólo algunos ejemplos, pero en realidad afecta a un sinnúmero de urbes. Desde la visión de la ingeniería se está alertando permanentemente sobre este riesgo creciente y en contraposición, hay una multiplicidad de soluciones que se pueden y se deberían implementar, para disminuir la vulnerabilidad.

Desde el Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) se viene concientizando e interactuando, tanto con los funcionarios públicos como con los ciudadanos sobre los planes a largo plazo para resolver y/o mitigar esta problemática. Uno de los expertos en la temática es el Ing. Civil Adolfo Guitelman, especializado en construcciones hidráulicas y obras para el control de inundaciones, quién explica: «Las principales causas de inundaciones son el aumento de las precipitaciones y su intensidad que se ha puesto de manifiesto en las últimas décadas. El crecimiento de la población urbana con la consiguiente impermeabilización del suelo y la disminución de los espacios verdes. Las lluvias son cada vez más fuertes, y por ejemplo en Buenos Aires las estadísticas muestran un crecimiento de un 35 % de tormentas intensas entre el 1900 y la actualidad. Otro de los factores es el crecimiento de construcciones urbanas y la consiguiente eliminación de espacios verdes, que genera menores superficies de absorción hacia el suelo«.

Tal como explica el Ing. Guitelman, en la Ciudad de Buenos Aires la proporción entre metros cuadrados verdes y cantidad de habitantes es actualmente de 1,8 m2, cuando en 1911 se registraban alrededor de 7 m2 por habitante: «Buenos Aires se ha transformando por sus precipitaciones en una ciudad tropical, donde se registran caídas de agua más abundante en menor cantidad de tiempo. Para completar el panorama, cuando caen precipitaciones importantes en la ciudad, los centros de ayuda no logran muchas veces cumplir su función, ya que algunos se encuentran ubicados en zonas inundables. Respecto a la inundación de La Plata de abril de este año, hubo una convergencia entre el enorme crecimiento poblacional y sobre todo la no realización de obras de envergadura desde hace más de 100 años. Se está reclamando una actualización urgente de su Plan Hidráulico, con fuertes inversiones en obras. Otro de los problemas no tan difundido y que requiere una atención y solución urgente, es la repavimentación de las calles desgastadas o de adoquines, que generalmente elevan su cota de nivel y muchas veces lo hacen por encima de la del cordón, lo cual lleva a que el agua escurra sobre veredas, además de perder el volumen acumulable en calle. Es por ello que recomienda fuertemente, que las obras viales e hidráulicas de las urbes se planifiquen en conjunto».

¿Qué hacen en otras ciudades del mundo y de Argentina? ¿Hay verdaderas soluciones? El Ing. Guitelman explica: «Más allá de las obras hidráulicas, debemos aprender a convivir con el problema, dado que no hay soluciones definitivas, sino mas bien adaptaciones que permiten disminuir la vulnerabilidad. Nunca vamos a saber si las próximas lluvias van a ser más intensas, pero si podemos anticipar el problema y evitar catástrofes generando mejoras y más mediciones con equipos de alertas tempranas de tormentas. Sin embargo, Argentina tiene hoy pocas herramientas para prevenir estos fenómenos, ya que es un país infra-dimensionado en el ámbito de mediciones. La inversión al respecto no sería tan costosa y formaría parte importante de las soluciones».

Guitelman, quien participó en numerosos Proyectos de Agua en una decena de ciudades del país, elogió el Plan Maestro que se ha realizado hace diez años en Buenos Aires: «Refiere con buen criterio a medidas y obras que se han hecho, como los nuevos túneles del arroyo Maldonado y las que se deben seguir haciendo, como las obras del arroyo Vega. Pero todavía es mucho más lo que queda por hacer, tanto en obras que incorporen nuevas tecnologías como en medidas no estructurales -la mayor parte aún pendientes- aunque forman parte de los Planes Maestros. Debemos revisar el modelo exitoso de ciudades en el mundo como Tokio, Chicago, Ámsterdam, incluso algunas ciudades latinoamericanas como Curitiba, que han incursionado en diversas soluciones para evitar inundaciones como las terrazas verdes o la instalación de tanques laminadores. En ambos casos se busca ralentizar el proceso de desagüe de aguas pluviales, especialmente en las grandes precipitaciones».

¿Qué podemos hacer los ciudadanos? «Primero los habitantes de las urbes tenemos que entender que las inundaciones son también nuestro problema a resolver y no sólo de las autoridades. Tanto los constructores como los consorcios de copropietarios deberían conocer y respetar la ley de «impacto cero», que impulsa el concepto de que el agua que se envía a la calle tiene que ser la misma antes y después de la construcción, ya que la impermeabilización producida por las edificaciones impide la absorción natural. Tampoco podemos dejar de mencionar la educación y concientización hacia los ciudadanos sobre la eliminación de basura, teniendo en cuenta los alertas meteorológicos, la denuncia acerca de pluviales tapados, así como los procedimientos o plan de contingencia a seguir en casos de catástrofes, evitando traslados innecesarios y una actitud de sálvese quien pueda. La población no está debidamente instruida sobre cómo comportarse en esos eventos y en algunos casos, los funcionarios tampoco. Nuestro país tiene una escasa cultura del agua, no sólo pluvial, también en agua potable. Debería haber un Ministerio del Agua en lugar de una Subsecretaría y esto no es solo un problema semántico. El camino por recorrer es inmenso y debemos ser conscientes que hay que aprender a convivir con el problema de las inundaciones, porque no hay una solución definitiva».

Destaca para terminar, el Ing. Guitelman: «En Ingeniería quien construye un puente para salvar la distancia entre dos márgenes, resuelve definitivamente el planteo. Los problemas hídricos se enfrentan como la suma de las propuestas transdisciplinarias y la aplicación de las mismas en conjunto, en la búsqueda del bienestar y salud para la población».

En conclusión, todas las medidas que se mencionan para controlar las inundaciones tienen que ver con conocimientos y desafíos que involucran a la Ingeniería Civil. El objetivo del Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) es concientizar a la comunidad, a los profesionales y a las autoridades sobre todos estos fenómenos, así como recomendar la evaluación de los riesgos, y la prevención de los daños mayores, a través de la planificación de proyectos que se concreten en obras que mitiguen el impacto que originan las fuertes lluvias temporales.

Acerca del Ing. Adolfo Guitelman
Ingeniero Civil, Egresado de la Universidad de Buenos Aires, en 1978, con Diploma de Honor. Vicepresidente de Estudio Guitelman, quienes estuvieron a cargo del Plan Maestro de ciudades como Calafate, Río Gallegos, Trelew, Rawson, o Playa Unión. Está matriculado en el Consejo Profesional de Ingería Civil (CPIC). Como distinciones internacionales, es Fellow de la A.S.C.E. ( F.ASCE ) y miembro de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles, así también diplomado de la Academia de Ingenieros en Recursos Hídricos de EEUU (D.WRE) . Fue designado Embajador del Agua en el marco del Proyecto Hydros (2012). Es profesor de «Construcciones Hidráulicas» y de «Hidráulica e Hidrología Vial», en la Facultad de Ingeniería de la UBA.




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