Cuáles de las tecnologías disponibles actualmente se destacan por su eficiencia energética y mayor confort.
Los sistemas de climatización para viviendas evolucionan en forma permanente. Reducir el consumo energético y aumentar el confort son las principales demandas de los consumidores.
Entre los sistemas de calefacción hay opciones a gas y eléctricas. Dentro del primer grupo, una de las alternativas más destacadas es la caldera, con beneficios múltiples: mejor relación entre confort y consumo de energía, larga vida útil a través de una sola boca de gas y bajo riesgo, considerando que se trata de un sistema de calefacción por agua.
Otra opción es la calefacción central. Ideal para los edificios de viviendas con sala de máquinas grande y poca factibilidad de gas, ya que se calculan calderas centrales de acuerdo a un balance térmico muy preciso y asegurando la potencia necesaria para brindar agua caliente a todos los usuarios, incluso en los períodos de punta (simultaneidad de usos por habitantes), sin desperdiciar energía.
Ambas opciones -caldera y calefacción central- ofrecen doble servicio: calefacción de ambientes y agua caliente. Además, pueden ser controladas y monitoreadas por termostatos para mejorar el consumo energético, y por sondas de temperatura, para anticiparse en climas más extremos ante la baja de temperatura exterior.
En el grupo de los equipos eléctricos, una de las tecnologías más novedosos y eficientes es la aerotermia. En Europa se la considera como una energía renovable, que aprovecha la energía térmica del aire a través de una bomba de calor. El sistema extrae la energía almacenada en forma de calor contenida en el aire que rodea al equipo y la transfiere a la climatización de los ambientes o al agua de uso sanitario. De esta forma, se obtiene el confort del piso radiante pero con un equipo central eléctrico, siendo una opción destacada para viviendas sin acceso al gas.
«Es un sistema ideal para desarrolladores inmobiliarios, constructores y propietarios de casas de countries, departamentos y oficinas, que buscan mayor eficiencia, confort, seguridad y menor impacto ambiental», explica Sebastián Zimmermann, director de BGH Eco Smart y especialista en la materia.
«En una casa de 250 metros cuadrados, por ejemplo, utilizando un sistema de aerotermia se puede ahorrar hasta un 75% en el costo mensual por el uso de la energía, evitando además la demora en trámites relacionados a la factibilidad de gas, lo que muchas veces es escaso en barrios en desarrollo», agrega Zimmermann.
Otra opción es instalar un Sistema central de VRF (volumen de refrigerante variable), especialmente para viviendas de alta categoría, con la posibilidad también de implementar aerotermia. El VRF es un sistema multi-split, gracias al cual la unidad externa se encuentra ligada a múltiples unidades internas, que operan en forma individual por ambientes mediante sistemas de expansión directa, en los que el refrigerante intercambia calor con el aire del ambiente.
La aerotermia y los sistemas centrales de VRF son opciones muy recomendadas para espacios amplios, que necesitan gran renovación de aire y que pueden necesitar AA y calefacción simultáneamente. Esto ocurre por ejemplo, cuando de un lado del edificio ingresa abundante sol y hay mucho aporte de calor por las personas que lo habitan, y del otro lado hay sombra y quizás menos aporte de calor debido a que circula menos gente. Esto es bastante frecuente en edificios de oficina o educativos.
Una alternativa más dentro de los sistemas eléctricos son los aires acondicionados Inverter frío calor, en sus versiones split o multisplit. En el primero de los casos, se habla de una unidad interior y exterior por ambiente; en el segundo, de una condensadora exterior que puede brindar climatización hasta en cinco unidades evaporadoras de interior.
La tecnología Inverter permite que un equipo, en lugar de tener que funcionar a una capacidad fija, pueda variar su frecuencia y regular el ciclo eléctrico, adaptándose a las necesidades del ambiente en el momento y, fundamentalmente, reduciendo el consumo energético.
Los equipos Inverter varían las revoluciones del motocompresor para proporcionar la potencia requerida. Cuando están a punto de alcanzar la temperatura configurada, los equipos disminuyen la potencia y entregan menos frigorías para evitar de esta forma los picos de consumo que se generan en los equipos convencionales cada vez que comienzan a funcionar.
Esta última es una opción ideal, sobre todo en lugares donde no hay acceso al gas.