Philippe Starck es un creador y diseñador frances reconocido mundialmente por la funcionalidad de sus diseños y la estética de los mismos. Entrevista realizada el 01/02/2011.
En su opinión, ¿por qué la gente le encuentra tan fascinante?
Ni idea, no tengo mucha vida social. Vivimos bastante aislados del mundo y no quedamos con nadie. Mi hija dice que soy un autista moderno, y tiene razón. Pasamos la mayor parte del tiempo volando, cada día en un avión distinto. Cuando aterrizamos, nos buscamos un rincón en el fin del mundo: en medio de un bosque, en nuestro criadero de ostras en mitad de un pantano. Allí hemos conseguido criar ostras cúbicas, pero en cambio no tenemos coche, agua corriente ni electricidad. Eso sí, ahora tenemos también un nuevo barco anfibio.
Vivimos en una pequeñísima isla al norte de Venecia donde solo habitan un par de pescadores, o en el extremo más apartado de la isla de Formentera, en una casa construida sobre un peñasco. En la puerta de la casa hay colgado un cartel que pone «No se admiten visitas sin cita previa – Todas las citas quedan anuladas». Y así desde hace 20 años, lo que quiere decir que nadie ha venido a visitarnos durante los últimos 20 años. Esto a su vez significa que no recibo ningún feedback que me permita saber cómo caigo a la gente.
Tampoco se me da bien captar esas cosas. Simplemente no me interesa. Trabajo solo y vivo solo con mi mujer. Trabajamos muy duro, no se lo puede ni imaginar. Salvo cuando nos dedicamos a hacer alguna tontería, como por ejemplo conceder una entrevista. Por la mañana me levanto a las cinco y media. Trabajamos siempre juntos en la misma habitación. Esa es mi mesa y allí está la suya. Ella mantiene el contacto con el mundo exterior: mediante el PC y cosas así. Yo, por mi parte, trabajo, trabajo y trabajo. Y me lo paso bien así.
Trabajamos hasta la una y media, disfrutamos de una comida vegetariana o de un plato dietético y luego nos echamos una pequeña siesta antes de volver al trabajo. A las seis vamos al puerto más cercano para tomar algo con los pescadores, y luego regresamos para dormir un poco más. A parte de esto, leemos mucho y nos vamos a la cama lo más temprano posible.
¿Podría trabajar contratado en una empresa?
Jamás. Mi empresa se llama UBIK, que viene de «ubicuidad», en parte en homenaje al gran visionario Philip K. Dick, quien fuera el primero en hablar de la ubicuidad del mundo, de los mundos paralelos y de los planos de la realidad allá por los años sesenta. Yo vivo en un plano de la realidad, vivo en la relatividad einsteniana. Tal y como yo lo entiendo, nada existe, sino que simplemente hay mundos paralelos como este. No sé si estoy soñando o no. Cuando fundé esta empresa hace más de 30 años, no estaba de moda hablar de ética. No obstante, fundé la primera empresa ética.
El primer día redacté una declaración en la que afirmaba que no trabajaría para fabricantes de armas, tabacaleras, productores de bebidas alcohólicas, casinos ni centros de apuestas, comunidades religiosas ni petroleras, en definitiva, para nadie que tuviera que ver con el dinero sucio, lo que equivale a decir que no trabajamos para casi nadie. Y es que, como ya he dicho alguna vez, los proveedores de armas, tabaco, alcohol y petróleo, y también las religiones, estarían dispuestos a cubrirnos con miles de millones de dólares para comprarnos, porque creen que así pueden volver a comprar su inocencia. Pero nosotros solo trabajamos cuando nos proponen un proyecto que contribuye a que las personas puedan, de algún modo, tener una vida mejor, y cuando nos gusta la gente que nos lo propone.
Tiene tantas cosas, todo cuanto desea…
Sí, porque no paro nunca, aunque no trabajo nunca y nunca voy a la oficina. No he pisado mi oficina en los últimos 10 años. Soy un soñador profesional: mi trabajo consiste en no trabajar. Mi trabajo consiste en soñar. Por eso tenemos tantas y tantas y tantas ideas nuevas y proyectos en los que trabajar. Le sorprendería.
Es verdad que soy muy mayor, pero curiosamente todo me sale cada vez mejor. Hasta a mí me parece sorprendente. Y es que uno piensa: «bueno, ahora que ya tengo unos años…» pero no es así. Mientras se siga siendo inconformista, inquieto, abierto y curioso, ¡hay tanto por hacer! Sobre todo hoy en día.
Imagínese la autopista creativa que se ha generado desde la crisis (a la que aún no hemos puesto fin), desde que existe la nueva pobreza. Occidente tiene que reinventarse. Tenemos que inventar una nueva dignidad. Tenemos que ayudar a la gente a tener una nueva dignidad. Y esa será la nueva estética de la pobreza. Hay tanto por hacer… Por eso es tan triste que no tengamos tiempo para todo.
Ahora estamos trabajando en un nuevo proyecto que significa mucho para mí: dentro de un año pondremos en marcha el laboratorio para la investigación fundamental de la creatividad pura. Esto implica que en estos momentos estoy en contacto con científicos, médicos, psicólogos y biólogos que quieren descubrir por qué tenemos ideas. ¿Qué nos diferencia de los animales? La exclamación «¡Eureka, tengo una idea!».
Me gustaría averiguar por qué un día, en algún lugar, un ser rumiante de repente anunció: «Tengo una idea.» Y todos sus amigos le preguntaron: «¿Qué es una idea?» Y el ser respondió: «No lo sé, pero voy a averiguarlo». Einstein dijo una vez: «Si alguien te pregunta cómo ha sido tu vida, es satisfactorio poder responderle: tuve una idea y me he pasado la vida entera investigando e intentando demostrarla». El proceso por el cual se nos ocurren las ideas es un milagro. ¿Y qué es un milagro? Ahora tenemos la misión de averiguarlo, ya que en toda la historia de la humanidad nadie ha investigado este tema.
En la sociedad actual, aparentemente hablamos sin cesar de la creatividad, pero no es verdad: hablamos de cómo se aplica la creatividad. Hablamos de arte, diseño, arquitectura, danza, música, Duravit… de muchas cosas, pero no de la creatividad en sí misma. Por eso tenemos que averiguar cómo funciona la creatividad, cómo podemos darle rienda suelta. Vamos a fundar una escuela para transmitir nuestros conocimientos y revelar la esencia de la creatividad. Entonces la verdadera creatividad estará a la vista de todos. Es el anhelo de mi vida, como acabo de explicarle: estos son los ejercicios preparatorios que se necesitan para llegar a la creatividad. No hablo de la calidad de mi creatividad, la capacidad de ser creativo es anterior. Para lograrlo hay que evitar ver la televisión, no hay que leer revistas, etc. Es preciso desarrollar ideas propias y aislarse por completo de la corriente de pensamiento general. Para ello hay que evitar estar al día de lo que pasa a través de las noticias o de otro medio similar. La clave está en el estilo de vida. A partir de ahí se pueden aprender muchas cosas. Es un proyecto realmente interesante y voy a intentar concentrarme más en él y menos en el diseño.
¿Qué ideas son las que acaban llevándose a cabo?
No puedo llevar a cabo ideas de otros, porque nunca entiendo lo que los demás me explican. Simplemente no lo comprendo. Solo puedo trabajar con mis propias ideas, de principio a fin. No tengo formación en ninguna área concreta, porque soy incapaz de ponerme a estudiar. El único título que tengo es el de piloto de aviones, porque pilotar es un juego muy interesante, una apuesta a todo o nada, un juego a vida o muerte. En nuestra sociedad, jugar es interesante. Me he estrellado dos veces, pero sigo vivo.
Sr. Starck, ¿llamó usted a Duravit o fue Duravit quien se puso en contacto con usted?
Duravit me hizo el encargo. Me dijeron que tenía que crear una nueva colección. Me gusta trabajar con el Sr. Kook, porque es muy serio y tras su seriedad se oculta un fantástico gerente. Ha hecho que Duravit sea 70 veces mayor de lo que era cuando asumió su dirección. Es buena persona y muy alemán.
¿Cómo sería su vida si no hubiera recibido el encargo de Mitterand?
Exactamente igual. Con mi vida me pasa lo mismo que con mis amigos. Los amigos se dividen en dos clases: los de derechas y los de izquierdas. Todo es «fifty-fifty». Lo que quiero decir es que, cuando trabajé para François Mitterand, estaba haciéndolo para el presidente de la izquierda. Por eso el 50% de la población me quiere y el otro 50% más bien me odia. Así es mi vida: o me adoran o me odian. Pero fue estupendo conocer a una persona tan increíblemente inteligente. Con un gran corazón. Cuando hable con alguien como él, entenderá cómo trabaja un verdadero genio. Pero eso fue todo. Nada ha cambiado mi vida excepto mi mujer. Soy un bobo. Desde que nací, he seguido la misma línea, soy algo testarudo.
¿Cree en Dios?
En ningún señor ni maestro, en ningún dios. No soy creyente. Creo en nosotros y en nuestra propia responsabilidad. No me dejo impresionar por nadie. Nadie tiene motivos para dejarse impresionar por los demás. Puede que ahora usted se diga, este tipo sí que es listo… pero no soy inteligente. Soy increíblemente intuitivo, pero no inteligente. Cuando conozco a alguien realmente inteligente, me digo: «¡Vaya, qué interesante!», pero no me dejo impresionar. Dejarse impresionar es perder el tiempo. La admiración es una estupidez. No tenemos que admirar a nadie. Podemos decir que algo es interesante, que nos inspira una idea, que nos hace mejores, pero nada más.
¿Tiene alguna fuente de inspiración?
Tengo una nueva pasión: mi mujer y, desde hace una semana, también la agricultura. Estamos muy impresionados por la nueva filosofía y por este tipo de agricultura. Hay tantas cosas interesantes… Pero si lo que quiere es dejarse impresionar, lo tiene fácil. Caro, pero fácil. Pague 6.000 USD y asista cada año a la Conferencia TED. Allí encontrará todas las ideas de los mejores pensadores. Y todos estos pensadores pueden impresionarle. Es un lugar en el que las personas despliegan su inteligencia. TED es una clave crucial para la humanidad.
Todos los sueños se hacen realidad siempre que sean buenos, e incluso si no son buenos, lo que supone un gran problema. Cuando creamos algo bueno, siempre tiene ventajas e inconvenientes. Todo tiene un principio, una trayectoria vital y un final. Todas estas ideas deben ponerse en práctica, y siempre se llevan a cabo, tanto las buenas como las malas. Es normal ir siempre por delante de los tiempos que corren. Ser una persona de su época no tiene sentido, e ir por detrás de los tiempos es una estupidez. Pensar en el futuro es nuestra obligación como seres humanos.
¿Cree usted que es un hombre adelantado a su época?
Sí, me he adelantado mucho a mi época, pero en aspectos inútiles. Soy un hombre increíblemente adelantado a mi época. Hace poco me encerré en una habitación y permanecí allí 5 días seguidos. Benedikt Taschen, el editor alemán, quiere publicar un nuevo volumen sobre mí, ya que hace más de 5 años que se agotó el último. Dediqué estos 5 días a revisar mis primeros diseños y me quedé perplejo. Tantas cosas… no se lo puede ni imaginar.
Me di cuenta de que soy un hombre increíblemente adelantado a mi época, y a veces me ha ido bien, porque era el momento idóneo para acceder al mercado. Pero muchas cosas aún eran demasiado modernas para la época. Cuando hace 15 años fundé mi primera empresa de alimentación ecológica y la llamé OAO, está claro que me estaba adelantando demasiado a mi época. Cuando inauguré la primera cadena de elegantes y modernos restaurantes vegetarianos biológicos, está claro que me estaba adelantando a los tiempos. Cuando hace 13 años diseñé la primera casa prefabricada ecológica junto con 3 Suisses me estaba adelantando a mi época. Por aquel entonces las casas de madera estaban prohibidas en Francia. Ahora el gobierno francés me concede cantidades ingentes de dinero mediante subvenciones para que construya con madera. ¡Más vale tarde que nunca! Sigo teniendo suficiente para dar de comer a mis hijos.
¿Cuántas ideas suyas no han llegado a convertirse jamás en un producto acabado?
¡Uf! Muchísimas. Tampoco intento realizarlas todas. A veces es mejor que algunas de ellas sigan siendo solo ideas. En el caso de los proyectos, resulta difícil contestar a esta pregunta. Curiosamente son muchos, pero tampoco tantos.
El problema es que, a veces, cuando se idean cosas realmente buenas y necesarias, no se encuentra ningún socio y no salen adelante. Sin embargo, también debo admitir que somos muy perezosos en este sentido. Sencillamente no somos gente de negocios. Está claro que no hay nadie que diga: «Queremos llevar a cabo este proyecto». Y con el tiempo nos olvidamos de ello por completo. Eso fue lo más divertido durante los últimos 5 días con Benedikt Taschen: recuperar tantas ideas de las que me había olvidado por completo. He elaborado un listado de todas ellas para volverlas a lanzar al mercado, porque la verdad es que todavía son muy buenas. Está claro que no somos buenos negociantes. Nunca cogemos el teléfono y decimos que queremos hacer esto o aquello. Sencillamente somos demasiado exigentes.
¿Siente la presión de tener que ser siempre original, siempre innovador, cuando propone nuevos diseños?
No, no me gusta hacer nada nuevo por la simple novedad ni crear ningún producto nuevo solo porque mis clientes lo necesitan. Mis clientes saben que siempre reciben algo distinto a lo que me piden, a veces incluso lo contrario de lo que quieren y, desde luego, nunca aquello que me habían encargado en un primer momento. En cualquier caso, el éxito está asegurado.
¿Se acuerda del exprimidor de limones Alessi? El diseño surgió después de que Alberto Alessi me pidiera que creara una mantequera. Me pareció una tontería, porque la mantequilla aumenta el nivel de colesterol, así que en su lugar diseñé un exprimidor de limones. Y ya está.
Somos increíblemente libres. No hay nadie más libre que nosotros. Trabajamos día y noche. Yo hago todos los diseños personalmente. Podría proporcionar ideas a mis socios durante los próximos 20 años sin trabajar. Es una concepción muy moderna del trabajo. Trabajamos solos y en exclusiva para unos cuantos clientes, muy agradables, eso sí. Todo se desarrolla en un ambiente de profunda amistad, de profunda armonía y elegancia. Y eso es todo. Creo que somos el prototipo de una empresa moderna y elegante.
Así que, ¿produce para un mundo en el que usted mismo no querría vivir?
Porque no tengo otra opción. La gente que vive en el mundo real produce cosas. Hay que estar fuera del terreno de juego para no perder la perspectiva y encontrar nuevas ideas. Cuando se está en pleno partido, se está fuera de la competición. Sí que se pueden hacer cosas inteligentes, pero no se puede llegar (chasquea los dedos) al milagro. Me sería totalmente imposible.
¿Necesita el dinamismo?
No, no necesito nada. Estoy enfermo. Estoy loco. Solo me necesito a mí mismo.
¿Qué pasaría si nunca pudiera llevar sus ideas a la práctica?
Me daría igual. Para mí la puesta en práctica de las ideas es pura necesidad. Simplemente tengo que hacerlo. Como usted ha dicho, cuando tengo una idea, tengo que comunicarla. No soy escritor, ni cantante, así que la única forma de comunicar mis ideas es dejando que sean producidas. Me veo forzado a comunicarlas, por lo tanto, lo hago. Si fuera rico y no necesitase el dinero, me pasaría el día en la cama soñando sin parar. Soy un monje. Puedo quedarme tumbado sin más. Y soñar. Y explicarle a mi mujer: «Mira, tengo esta idea y esta otra…».
Un monje, pero moderno…
Sí, desde luego, un monje muy moderno, tiene razón.
Cuando tiene estas ideas, ¿hacia dónde van y cuántas de ellas lleva a cabo realmente?
Algunos diseñadores me odian, porque les digo a los periodistas que tardo dos minutos en diseñar una silla. Puedo diseñar un hotel con todas las instalaciones en un día y medio… digamos dos días si no estoy de humor. Soy el más rápido del mundo, porque soy el más lento del mundo. Lo que quiero decir es que mi subconsciente piensa en todo a la vez: las invitaciones, las matemáticas intrínsecas, los cepillos de dientes… todo a la vez y sin interrupción. Llevo haciéndolo 40 años, y de repente hay algo listo, terminado. Sé que ha llegado el momento. Ahora lo puedo mostrar. Más tarde, cuando vienen los clientes a pedirme algo, yo ya lo tengo todo claro, incluso antes de que acaben las explicaciones. Luego vamos a tomar algo juntos. Todo está listo. Y sin embargo soy increíblemente lento. Soy un agricultor, un lacado chino, espero y nadie me mete prisa. Soy el caracol más rápido del mercado. Es algo muy personal. Este estilo de vida no es muy divertido, por decirlo de forma positiva. Tenemos una vida increíble, tengo todo cuanto quiero: fama, dinero, una mujer hermosa, un lugar maravilloso donde vivir y esas cosas.
Sin embargo, no lo vivo realmente, porque siempre voy uno o dos pasos por delante de la vida, y al final me moriré. Y entonces se habrá acabado todo. Cada minuto de mi vida sin vivir. Porque siempre voy 5 minutos por delante. Cuando mi mujer está cansada, por ejemplo, sé de antemano cuál va a ser su estado de ánimo, etc. Se me da muy bien. ¿Cómo explicarlo? Ahora no me llama nadie, porque ya no tengo teléfono ni PC, pero antes, cuando aún tenía teléfono, siempre sabía quién me llamaba antes de descolgar. Esto pasa cuando se comprende el ritmo de las cosas, incluso de los propios amigos, del mundo que nos rodea.
Por eso me interesa lo que ocurrirá dentro de 50 años, pero no lo que vaya a pasar el año que viene. Por ejemplo, dentro de 50 años viviremos la era postplástica. Para la sociedad, esto podría suponer un gran colapso. Por eso creo que deberíamos empezar a anunciar ya la era postplástica. El 95% de la población carece de cualquier tipo de lujo, pero sí que tiene plástico.
Por ejemplo, en África venden unos barreños de plástico en los que bañan a los niños por la mañana, preparan la comida y hacen la colada, todo en el mismo barreño. Hay cosas que solo pueden ser de plástico. Dentro de 30 años, ni siquiera 50, no quedará petróleo. Entonces se abrirá una profunda brecha en la sociedad entre las personas con acceso al plástico y las personas sin acceso a él. Pero por ahora nadie se preocupa de ello. Salvo nosotros.
Hoy en día a nadie le preocupa porque siempre hay algún idiota que dice que todavía existe una alternativa biológica. Al igual que hay biogás, también habrá bioplástico. Pero no estoy de acuerdo. El bioplástico es un crimen contra la humanidad. Entre los años 2020 y 2022 mucha gente pasará hambre. No quiero ser yo quien dentro de 9 años haga plástico a partir de algo comestible. Así que tenemos que rechazar esta opción. Si alguien viniera hoy y me dijera que vamos a hacer bioplástico, le diría: «Muy bien, pero demuéstreme que nadie se va a poder comer el producto».
Por ahora nadie ha demostrado que no sea comestible. Hay gente que hace productos realmente buenos, por ejemplo, la empresa RISA. Los productos RISA no se pueden comer. Pero el problema es mucho más complejo. Para fabricar los productos RISA se necesita fieltro, y ese fieltro puede estar hecho de algo comestible. Por ahora no hay ninguna solución. Es una perspectiva alentadora e interesante, porque dentro de 200 años todo será biónico. ¿Y cuando ocurra lo peor, cuando el sol implosione y la tierra explote? ¿Qué pasará con nosotros dentro de 4.000 millones de años? ¿Cómo podremos huir y a dónde cuando el sol explote?
Por este motivo cada día cambiamos y nos adaptamos. Todos los productos inteligentes se desarrollan con este fin. Es interesante preguntarse en qué nos convertiremos. Porque hoy nadie tiene ni la menor idea. Yo solo propongo algo que hoy en día parece lógico: nos metamorfosearemos en algoritmos. Es una incógnita matemática y es divertida. Y con todas estas preguntas no tengo tiempo de vivir. ¿Cómo se puede ser tan necio como para pensar solo en uno mismo? Formamos parte de una bella historia, romántica y poética. Y tenemos que disfrutarla plena y totalmente.
¿Cómo es su cuarto de baño?
Mi cuarto de baño está siempre integrado en el dormitorio… No me lo puedo imaginar en una estancia independiente. Tenemos una cama, dos escritorios, una bañera (que usamos de vez en cuando) y una ducha para dos con unas vistas fantásticas. Curiosamente a los dos nos encanta ducharnos y disfrutar de las bellas vistas. Es algo que forma parte de nuestra vida, y por eso no tenemos un cuarto de baño separado. De ahí que hace 17 años creáramos el Salon d’Eau en París. La idea era tenerlo todo en una misma habitación: la ducha, la bañera, la chimenea, etc. Fue algo magnífico y tuvimos mucho éxito.
Mas informacion
http://www.starck.com
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