El Quincho / Lalo Carrillo, CaSA y SY Arquitectos

El Quincho (Pcia. de Córdoba, Argentina) por Lalo Carrillo, CaSA y SY Arquitectos (Arquitecto Lalo Carrillo. Matteo Colombo y Andrea Serboli para Colombo and Serboli Architecture. Adán Yenerich y Rodrigo Schiavoni para SY Arquitectos. Dirección de Obra por Gisela Filippi para MF Arquitectura). El proyecto consta de un quincho y una casa de huéspedes. Según la RAE (Real Academia Española), la palabra quincho, ampliamente usada en Argentina y Uruguay, se define como «un cobertizo que consta de un techo de paja sostenido por columnas de madera u otro material; suele construirse en el jardín o en el patio de una casa, y se utiliza para resguardarse de la lluvia o del sol en las comidas realizadas al aire libre». La palabra deriva de «quincha», un antiguo término Quechua que se refiere a un tradicional sistema de construcción de América del Sur que consiste en una trama de caña, junco o bambú recubierta de barro.

En Argentina, hacer un asado (cocinar carne sobre las brasas, similar a una barbacoa), más que una tradición culinaria es un arte, incluso una religión. Básicamente es un ritual. Los argentinos actualmente utilizan la palabra quincho para definir a una construcción realizada expresamente para preparar y disfrutar de un buen asado. Generalmente se trata de un asunto familiar, ya que la variedad de cortes de carne y sus dimensiones son grandes. Se trata de una comida compartida y la construcción puede consistir simplemente en una barbacoa o parrilla, un espacio semicubierto o una edificación especificamente construida para tal fin.

Cuando los clientes, para ampliar su jardín, compraron la propiedad contigua a su actual vivienda que data de los años ’60, ubicada en un pequeño pueblo en las afueras de la Provincia de Córdoba, deciden encargar el proyecto de una nueva construcción en la parcela recién adquirida: un quincho, específicamente para hacer asado y reuniones familiares.

Una vez demolido el muro divisorio, quedó claro que el área de la nueva construcción se ubicaría entre la piscina existente y el muro divisorio, en la esquina de la nueva parcela y contra aquel.

La intención era contar con un gran comedor para familiares y amigos, totalmente abierto al jardín visual y físicamente, pero con la posibilidad de cerrarlo completamente. Además, se proyectó una habitación doble para invitados, con baño incluido.

Formalmente, este nuevo pabellón entabla una conversación con los muros de ladrillo pintados de blanco que conforman la casa existente de mediados del siglo pasado, la cual tiene un diseño distinto y está coronada por un techo con una gruesa cenefa pintada de color gris oscuro que rodea toda la vivienda.

En la nueva construcción se decidió evocar los volúmenes de ladrillo macizo del edificio original pintado en color blanco, pero esta vez se mantuvieron los muros de albañilería en su estado natural, como por ejemplo en el asador mismo, en el cual un gran aunque esbelto volumen parecido a una chimenea se expresa claramente a un lateral de la construcción, siendo el elemento más alto del proyecto.

La cubierta en voladizo de un blanco inmaculado contrasta con los muros, envolviendo el bloque de ladrillos, formando una galería que difumina la transición entre el espacio interior y exterior y da cobijo de las abundantes lluvias del verano. Este delgado techo blanco, en relación con las pesadas paredes de ladrillo visto de la construcción ubicada debajo, establece una relación similar a la gruesa cenefa pintada de color gris oscuro de la casa existente, aunque sin pretender imitarlo.

Un árbol de Cassia Fistula se encontraba ubicado en la esquina del área de la galería, por lo que los arquitectos tomaron la decisión de realizar dos agujeros redondos, uno en el piso y otro en el techo mismo, lo cual permite conservar el árbol, que crezca a través del techo y florezca en verano con sus flores de color amarillo brillante. La parcela estuvo abandonada durante décadas, por lo que otras plantas y árboles existentes se han mantenido cuidadosamente durante la obra de construcción y se tuvieron en cuenta para aprovecharlas una vez finalizado el proyecto y ampliado el jardín.

Otro elemento arquitectónico a destacar en la galería es un asiento ubicado en esquina, realizado en voladizo de hormigón y ubicado en un ángulo del cerramiento exterior de ladrillo. Este acogedor espacio en esquina se pensó para contemplar tranquilamente el jardín, tomando mate, la bebida nacional.

En el interior, un amplio patio divide el área del comedor de un espacioso dormitorio de invitados y un baño privado con vista diagonal al patio. Aprovechando que el proyecto se desarrolla sólo en planta baja, sobre la ducha se ubica una claraboya que aporta un extra de luz natural.

El volumen del dormitorio sobresale hacia el jardín para aportar intimidad a esta parte más privada y tener una relación aún más estrecha con el exuberante verde exterior.

Por otro lado, la piscina existente tuvo que ser separada de la nueva edificación por razones de seguridad, dado que la familia tiene un niño con necesidades especiales. Para ello se colocó una sencilla reja metálica de color blanco.

Una de las piezas clave del proyecto es el asador, el horno de ladrillos donde se realiza el asado.

A menudo, estos elementos se colocan al aire libre, pero la decisión final de la familia fue ubicarlos como parte del área de comedor para que el miembro de la familia encargado de realizar el asado pudiera estar en el mismo espacio que el resto de las personas y disfrutar todos juntos, en lugar de trabajar aislado. El espacio de cocción se ha dividido en dos para permitir ubicar un horno de pan y pizza a un lado.

La gran cocina tiene todo para la preparación de las comidas, amplias mesadas y muchos muebles y espacios de almacenamiento. Todas las puertas de los muebles de cocina están realizados con madera maciza de cedro, lo que le da un acabado muy cálido al ambiente.

Se ha utilizado la misma madera maciza para todas las puertas y frentes de los muebles, espacios de almacenamiento y placards.

El edificio ha sido amueblado con piezas de la familia, así como con nuevos diseños.

Cuatro sillas Diamond originales de Harry Bertoia, en la casa desde los años ’60, fueron restauradas, provistas de almohadones nuevos haciendo juego con los ubicados en el asiento en esquina de hormigon de la galería y con los colocados al lado de la piscina. Una antigua, sólida y gran mesa de madera es el elemento central del comedor, rodeado de sillas Windsor también pertenecientes a la familia desde hace décadas, junto con otras sillas nuevas.

La familia también posee alfombras persas utilizadas tanto en interiores como en exteriores y una mecedora estilo Thonet. Obras de arte abstracto de Rodrigo Schiavoni (una de los arquitectos colaboradores en el proyecto) dan el toque final al proyecto.

Ficha técnica
Nombre: El Quincho
Ubicación: Pcia. de Córdoba, Argentina
Proyecto: Lalo Carrillo architect
Matteo Colombo and Andrea Serboli for Colombo and Serboli Architecture
Adán Yenerich and Rodrigo Schiavoni for SY Arquitectos
Dirección de Obra: Gisela Filippi para MF Arquitectura
Estilismo y dirección de arte: SY Architectos and Eduardo Carrillo
Superficie: 140 m2
Fotografias: Ramiro Sosa

Contacto
http://www.colomboserboli.com
http://www.sy-arch.com
https://www.facebook.com/Mangini.Filippi.Arquitectura

English version

El Quincho
Lalo Carrillo, CaSA and SY Arquitectos
Córdoba, Argentina

Asado pavilion and guesthouse.

Premise
According to RAE (Real Academia Española), the word quincho, widely used in Argentina and Uruguay, defines «a shed consisting of a thatched roof supported by wooden columns or other material; It is usually built in the garden of a house or in its back, and is used as a shelter against rain or sun in outdoor meals». The word derives by «quincha», an ancient Quechua word that defines a traditional construction system of South America that consists of a threaded cane or bamboo covered with mud.

In Argentina, having asado (cooking meat on embers, similar to barbecue), more then a culinary tradition is an art, or a religion. Basically it’s a ritual. Argentinians now use the word quincho to define a construction made expressly to prepare and enjoy a good asado. This is generally a family business, since the variety of pieces of meat and their dimensions are big. It’s a shared meal, and the construction can be simply a barbecue, a covered shed, or a proper building.

Brief
When our clients bought the property next door to their ’60 existing house in a small town in the Córdoba countryside, to widen their garden, they decide to commission the construction of a new building in the newly acquired plot: a quincho, specifically for making asado and family gatherings.

Once demolished the dividing wall, it was clear the area of the new building had to be between the existing pool and the dividing wall corner of the new plot, leaning against the last.

The wish was to have a big dining room for family and friends, visually and physically totally open to the garden but with the chance to close it completely. In addition, a double bedroom for guests, with a bathroom, had to be designed.

Formally, this new pavilion had to establish a conversation with the white-painted brick walls forming the existing mid-century house that has a distinct design, being surmounted by a thick, charcoal-colored roof volume that surrounds the villa.

Project
The choice had been to recall the solid brick volumes of the white original building in the new construction this time in natural brickwork, like in the asador itself, a thick but slender chimney-like volume clearly expressed on the side of the building, the taller element of the building.

A pristine white, cantilevered roof contrasts with the walls, wrapping around the bricks block, forming a gallery that blurs the transition between indoors and outdoors space and giving shelter from the copious summer rains. This thin white roof, in relation to the thick, exposed brick walls of the structure below, establishes a relationship somewhat similar to the one of the thick, dark grey roof of the existing building, still without imitating it.

A Cassia Fistula tree happened to be on the corner of the gallery area, so the architects made the decision to punch two round holes, one on the floor slab, another in the roof itself, allowing the tree to remain, grow through the roof and blossom its bright yellow flowers cascade in summer, just above it. The plot had been abandoned for decades, so other grown plants and trees have been carefully kept during the site works and taken in account in order to make the most of them once the project was done and the garden enlarged.

Another architectural element in the gallery is a corner seat, cantilevered in concrete within the nook of the facade brick wall. This cozy corner is thought to contemplate quietly the garden, drinking mate, the national drink.

On the inside, a spacious patio divides the dining area from an en-suite area with a spacious guest bedroom and an intimate bathroom with diagonal views on the patio. Taking advantage of the one story building, the shower has a light well placed right on top of it, bringing extra natural light.

The bedroom volume protrudes towards the garden to add intimacy to this more private part and to have an even closer relation to the luscious green outside.

On the other side, the existing pool had to be divided from the new building for safety reasons, given the family has one kid with special needs. A simple white metal fence was placed for this purpose.

One of the project’s key pieces is the asador, the brick oven where the asado is made.

Often these items are placed outdoor, but the family final choice was to have it as part of the dining in order to have the cooking family member enjoying the same space as the rest, rather then work isolated. The cooking space has been divided in two to allow one side for a pizza and bread oven.

The big kitchen has everything for the preparation of the food, wide countertops and plenty of cabinets and storage space. All the kitchen doors are in cedar solid wood, adding its very warm finish to the room.

The same solid timber has been used for all the doors, storage and paneling.

The building has been furnished with pieces from the family, as well as new designs.

Four original Diamond chairs by Harry Bertoia, in the house since the ’60, were restored, provided with new cushions that matched the ones of the corner gallery seat and placed on the poolside. An old, big, solid wooden table is the center of the dining room, surrounded by Windsor chairs also belonging to the family for decades, along with other new chairs.

Family heritage are also the Persian rugs used both indoors and outdoors and the thonet-style, hay rocking chair. Abstract art pieces by Rodrigo Schiavoni (one of the architects collaborating in the project) give the finishing touch.



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