Por Mariano Bo, CEO de Saint-Gobain y Walter Barbieri, Director de Barbieri. Actualmente, las organizaciones se encuentran en un constante cambio y crecimiento que las impulsa a renovarse y repensar continuamente sus modelos de liderazgo y gestión. Según un estudio realizado en 2019 por ManpowerGroup que se titula «De Líderes Tradicionales a Líderes Digitales», el 34% de las empresas han observado que la transformación corporativa contribuye al crecimiento de su negocio. Las mismas necesitan crear una cultura de innovación en la cual los niveles superiores y los directivos deben conducir de manera diferente para forjar un cambio constructivo.
En este sentido, en el mundo del management y en tiempos de pandemia, aparece un nuevo estilo de gestión corporativa, cuyo objetivo es transformar de manera productiva a la industria e impulsar el crecimiento social trabajando de forma conjunta con los distintos stakeholders. Se trata del liderazgo constructivo, que irrumpe en un contexto de complejidad e incertidumbre para fomentar la relación colaborativa entre organizaciones y llevar a cabo en conjunto, a partir de las distintas herramientas de dirección, una mejor realidad. No importa el rubro, el sector, ni la competencia, sino que el interés está en la misión y el propósito que comparten las empresas, para de esa manera impulsar el trabajo en equipo contribuyendo con distintas causas con impacto social relevante.
De acuerdo con las últimas tendencias globales de capital humano, es posible afirmar que los líderes del siglo XXI deben adoptar un enfoque matizado para perseguir los objetivos comerciales tradicionales, teniendo en cuenta el nuevo contexto y recurriendo a nuevas competencias críticas, que incluyen la dirección a través del cambio, la ambigüedad y la incertidumbre. Por ello, frente al escenario actual donde la pandemia ha impulsado a que las empresas se reinventen y ha puesto en evidencia la importancia del hogar como refugio individual, es importante que las organizaciones asuman su rol social, dejando de lado la competencia, y forjen alianzas con los distintos referentes del sector, trabajando en conjunto desde el liderazgo constructivo hacia la conciencia y ayuda colectiva.
No se trata únicamente de sumar sinergia a la causa, sino de apostar el mejor capital invirtiendo tiempo y recursos a fin de contagiar y multiplicar el alcance de la iniciativa desde los vínculos individuales, mientras transitan hacia una nueva manera de conducir, colaborando con otras corporaciones y construyendo una realidad más solidaria.
En este sentido, la iniciativa #SeamosUno también nace en la industria de la construcción, que se difundió, a través de videoconferencias con colaboradores, proveedores, clientes de empresas del rubro. La empatía resultó tal, que la cooperación no tardó en llegar a través de alianzas estratégicas, formando un colectivo que reúne voluntades y las transforma en acciones concretas.
Estamos vivenciando un cambio de paradigma empresarial, en el cual trabajamos más que nunca en equipo y apoyándonos entre pares. El foco ya no está puesto en mostrar quien es el más fuerte, ni el más rápido, ni el que mejor se adapta. Esta pandemia nos mostró por primera vez cómo un mundo entero puede estar emocionalmente sincronizado, y esa empatía construyó fuertes vínculos entre líderes que coindicen en cambiar de una visión tradicional con un perfil orientado a las ganancias hacia una organización con el fuerte propósito de entregarle valor a los diferentes stakeholder.
Hoy más que nunca, apostamos a construir un futuro en el cual #Seamosuno por un propósito mayor.