En el mercado crece el interés por opciones en espacios amplios y alejados de las grandes urbes. Son lugares donde poder escaparse, encontrando refugio y armonía en el diseño de alta gama en conjunción con la naturaleza y el bienestar personal. Desarrollos como Las Cárcavas, en Uruguay, se destacan por su propuesta medioambiental y ubicación estratégica dentro de un segmento de lujo frente al mar.
La irrupción del Covid-19 en la esfera mundial generó innumerables transformaciones en todos los sectores y actores de la economía que ahora enfrentan un escenario de incertidumbres pero también de nuevos desafíos. Sin ser ajeno a estos cambios, el mercado de real estate también está experimentando variaciones.
Si bien los ladrillos tradicionalmente actuaron como refugio de valor ante diferentes crisis mundiales y regionales, hay otro fenómeno que está traccionando nuevas oportunidades dentro de este segmento. La situación de aislamiento modificó también las preferencias y hábitos de las personas que, sin distinción, buscan cada vez más el contacto con la naturaleza, un activo que se volvió altamente codiciado.
En esta línea, los proyectos en espacios verdes, al aire libre, ubicados en entornos amplios, alejados, privados y sustentables empezaron a cobrar un mayor protagonismo dentro del rubro. Si bien prima la cautela tanto en inversores como en desarrolladores, bajo este contexto, los emprendimientos inmobiliarios de lujo que presentan estas características se convierten en una opción seductora y segura para los inversores extranjeros.
Ubicado en Uruguay, sobre la costa de Rocha, en Garzón -a solo 15 minutos de José Ignacio- (en lo que se ha convertido en la zona más exclusiva de Punta del Este), un claro ejemplo es el desarrollo inmobiliario de alta gama Las Cárcavas. Las Cárcavas toma su nombre de las formaciones generadas por la erosión producto del escurrimiento del agua de lluvia hacia el mar, típicas del paisaje costero de Garzón.
Único en su estilo, cuenta con 24 chacras y espacio para 16 bungalows distribuidos en cerca de 52 hectáreas que son parte de una reserva nacional de biosfera declarada por la UNESCO. El desarrollo ofrece acceso a 250 metros de playa exclusiva de aguas cálidas gracias a las corrientes tropicales que vienen de Brasil y amenities de lujo: piscina, club de playa a orillas de una laguna, cancha de tenis de césped natural, área de grill, zona de fogones y palenque.
«La sustentabilidad y el impacto ambiental son dos conceptos que están adquiriendo cada vez más relevancia y que generan un gran interés entre los inversores: si bien estamos viviendo una era de adaptabilidad en múltiples aspectos, nuestras proyecciones son positivas en este sentido», asegura Fernanda Prece, Directora Comercial de Las Cárcavas.
Los ideales del proyecto se basan precisamente en la sustentabilidad y un estricto compromiso con el medioambiente. Asimismo y en relación con el diseño, las chacras siguen ciertas normas arquitectónicas preestablecidas para preservar el espíritu natural en su conjunto. En ese sentido, el inglés John Brookes en colaboración con el estudio Barzi Casares han sido responsables del proyecto de paisajismo y parquización. Ambos son grandes referentes en el mercado internacional por sus trabajos vanguardistas e innovadores intercalados con la protección medioambiental.
La Directora explica que desde Las Cárcavas entienden «el dinamismo de las necesidades» de sus clientes y que por eso están comprometidos en brindarles «ventajas diferenciales a un perfil de inversor conocedor del mercado y ávido de encontrar proyectos aggiornados a nuevas tendencias».
En este aspecto, otro atractivo del proyecto es su ubicación estratégica. Más allá de su estabilidad política, social y económica, Uruguay presenta ventajas impositivas a través de un plan de incentivos fiscales anunciado recientemente que contiene medidas dirigidas al inversor extranjero.
Acerca de Las Cárcavas
Las Cárcavas es un desarrollo inmobiliario de lujo en la costa de Rocha, ubicado en el kilómetro 204.5 de la ruta 10, en Garzón, Uruguay. El establecimiento cuenta con 51 hectáreas y media, en las que se dividen 24 chacras de 1 hectárea cada una, y 16 bungalows, situados en terrenos de 1500 metros cuadrados. El costo de las chacras oscila entre 580 mil y 3 millones de dólares. Cada bungalow cuesta 1 millón de dólares y se entregan llave en mano. El acceso a Las Cárcavas desde el aeropuerto de Punta del Este es directo por la ruta 10, atravesando el puente circular icónico sobre Laguna Garzón. Optimum Capital Partners son los dueños de la tierra y desarrolladores inmobiliarios de Las Cárcavas. Todo el proyecto cuenta con la firma de Isay Weinfeld.
Más información
http://www.lascarcavas.com