Los triángulos de trabajo para reducir recorridos, la personalización de la altura ideal de la encimera o la posición del mobiliario y electrodomésticos son claves de ergonomía a tener en cuenta a la hora de proyectar una cocina. Apostar por estas pequeñas grandes ayudas hará que notemos un mayor rendimiento en nuestro día a día en la cocina, invirtiendo en seguridad, salud y confort.
En el momento de planificar la reforma de una cocina resulta fundamental encontrar el equilibrio entre estética y funcionalidad. Sin embargo, hay un tercer punto crucial al que a menudo no suele prestarse la suficiente atención. Se trata de la ergonomía, un conjunto de medidas con las que conseguiremos aumentar la actividad e independencia del usuario, evitar esfuerzos y percances y asegurar unas buenas condiciones de trabajo.
Las bases de la ergonomía se asientan en una distribución adecuada del espacio, procurar posturas correctas y variadas, elegir muebles y electrodomésticos centrados en las necesidades específicas del usuario y una disposición de los elementos considerando en todo momento la óptima visibilidad e iluminación.
Cinco claves que nos facilitan el día a día en la cocina:
1. Triángulos de trabajo para una óptima distribución del espacio. Las tareas en la cocina pueden ser muy laboriosas, pese a la ayuda que muchos accesorios y electrodomésticos proporcionan. Una buena organización de los espacios puede reducir los obstáculos en desplazamientos y movimientos poco naturales e innecesarios. La disposición de las diferentes zonas de la cocina, respecto a las distancias, y la organización de circulaciones racionales son fundamentales para que el trabajo en la cocina sea una actividad creativa y entretenida. Una solución muy sencilla es la de unir la zona de almacenaje (despensa, nevera), la zona de aguas (fregadero, lavavajillas) y la de cocción (placa de cocción), por medio de triángulos de trabajo de tamaño reducido y, por tanto, corto recorrido. La suma de los tres lados que las unen no debería exceder de 650 cm. En la disposición ideal de la cocina las tres áreas se deben intercalar con encimeras.
2. Personalización de la altura de trabajo para las encimeras. Existen tablas de cálculo que relacionan estatura del usuario y altura ideal para el trabajo, para obtener una medida personalizada. Se calculan midiendo a la persona erguida, usando zapatos cómodos como habitualmente se emplean en la cocina y poniendo los antebrazos a 90º con relación al eje vertical del cuerpo. Si en esta posición medimos la distancia desde el suelo hasta el codo y le restamos 15 cm, tendremos nuestra altura de trabajo idónea. Esta medida es la media que podemos dar a todas las encimeras de la cocina.
El grosor estándar de la encimera es de 2 y 3 cm para granitos y mármoles. Para superficies de postformado las alturas más habituales son de 3, 4 y 6 cm, mientras que en encimeras de Silestone y otras de compuestos de cuarzo el estándar es de 2 y 3 cm, sin contar el faldón. Para planos de trabajo de madera, la media está en 3 y 4 cm de espesor.
3. Adaptación del mobiliario. La altura de los diferentes módulos es lo primero que se debe medir. Distinguimos entre los muebles bajos, cuya medida estándar está entre un mínimo de 60 cm y un máximo de 72 cm de altura, sin contar zócalos o patas ni encimera. Para los módulos altos, entre 70 y 90 cm se encontraría la altura ideal. El espacio entre ambos puede ir desde los 20 a 120 cm.
Para que una cocina resulte ergonómica se debe optar por un mobiliario adaptado a la altura del usuario. Los principales fabricantes del sector ponen a disposición del cliente un variado catálogo al respecto, para que se pueda elegir la altura más adecuada a cada uno.
Los interiores de cajones y armarios deben favorecer el orden y la correcta disposición de los utensilios, mediante clasificadores y topes, con el fin de tenerlo todo a mano y bien colocado. Respecto a los tiradores, éstos deben ser ligeros y fáciles de utilizar. Por otra parte, un sistema de cierre amortiguado para cajones evitará que nos pillemos los dedos.
4. Instalación de los electrodomésticos. Su instalación correcta, para no hacer posturas imposibles, hará que se logre mayor ergonomía en la cocina. Por ejemplo, el horno y/o microondas deben colocarse a la altura de los ojos para visualizar su interior sin problemas, integrados en el mobiliario en columna. En el caso del frigorífico, se recomienda un modelo combi con estantes y cajones transparentes, para poder correctamente el interior. Además, la puerta de la nevera debe abrirse hasta un ángulo de 180º. Existen además soluciones para elevar la altura del lavavajillas de forma que se eviten posiciones perjudiciales para la espalda.
5. Accesorios que promueven la seguridad y comodidad. Actualmente, hay una gran variedad de complementos que facilitan el día a día en la cocina: sistemas de selección de desperdicios, cubos con pedal, columnas de almacenaje de extracción frontal para la despensa, tablas de madera para cortar en encimeras despejadas, escurreplatos decorativos instalados en la pared cercana al fregadero, soportes para libros de cocina o tablets, organizadores de especias, griterías con caños flexibles para llegar a todos los rincones de la vajilla o alimentos.
Apostar por estas pequeñas grandes ayudas hará que notemos un mayor rendimiento en nuestro día a día en la cocina, invirtiendo en seguridad, salud y confort.
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